En el último tiempo este enfoque se ha vuelto cada vez más popular y muchos inversores recurren a los algoritmos para ayudarlos a navegar por el complejo y, a menudo, volátil mundo de las criptomonedas.
El apalancamiento financiero no es deuda. Al menos, no genera deuda más allá de la operación.
El petróleo y sus productos financieros asociados son productos muy conocidos entre los inversores.
Las estafas en este mercado saltan de forma recurrente a los medios de comunicación, pero, aunque la regulación ayude a eliminar la mayoría del fraude, difícilmente podremos conseguir su total erradicación.