El gobierno ha comprometido una robusta agenda de transformaciones, apuntando a crear las mejores condiciones para la efectiva aplicación de la Convención y situando el desarrollo integral de la población menor de 18 años como una centralidad en los procesos de desarrollo del país.
Con frecuencia llamamos “menores” a los niños y niñas definiendo su situación o realidad, pero esta definición no dimensiona la importancia de la niñez ni la conceptualiza.