Tras ello, se tomó la decisión de aumentar a cinco meses el horario de invierno (UTC -4), desde el primer sábado de abril al primer sábado de septiembre.
Tres científicos acudieron al Congreso Nacional, donde expusieron que “el cambio de horario es un error que debe ser enmendado”.
El Dr. John Ewer expuso que su propuesta permitiría que en el verano «el sol se levante bastante temprano y un poco más tarde en el invierno».