La vocera de Gobierno, Cecilia Pérez, lamentó las declaraciones del jefe de la Iglesia Católica chilena, quien dijo que «no porque yo a un gato le pongo nombre de perro, comienza a ser perro”.
Mientras Rolando Jiménez catalogó de «brutalidad extrema» la analogía de Ezzati, Juan Enrique Pi le exigió que «se informe y pida perdón a la comunidad trans».
«No porque yo a un gato le pongo nombre de perro, comienza a ser perro». Ésta fue la analogía utilizada por el líder de la Iglesia Católica de Chile, que desató una ola de críticas.
En el inicio de la Cuaresma de la Fraternidad, la Iglesia Católica llamó a compartir en con los adultos mayores que más lo necesitan en el país.
Luego que el Papa Francisco decidiera enviar a Chile al cardenal de Malta, Charles J. Scicluna, el arzobispo de Santiago indicó que «estamos muy felices de eso y creo que es muy oportuno».
El arzobispo de Santiago le pidió que «bendiga a los niños y jóvenes de nuestra ciudad y de nuestra patria, a los enfermos y a quienes sufren en su espíritu».
Acerca de la posibilidad que estos incidentes se repitan durante el fin de semana, comentó que “la gente es muy sabia como para comprender qué significa el respeto».
El jefe de la Iglesia Católica de Chile se reunió con el Presidente electo, con quien abordó temáticas como la visita del Papa Francisco a nuestro país durante el próximo mes.
Detrás del jefe de la Iglesia Católica de Chile se ubicó Bastián Pérez, reconocido por su trabajo como drag queen, bajo el seudónimo de Anna Balmánica.
El jefe de la Iglesia Católica en Chile aseguró también que «el gasto no es para el Papa, sino para todos nosotros que podamos irlo a escuchar y ver».
Cardenal destacó la importancia del matrimonio entre un varón y una mujer, situación que no cayó nada bien en el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual.
La ministra vocera de Gobierno desdramatizó las críticas deslizadas por el cardenal respecto a la aprobación de la ley de aborto en tres causales.
La autoridad eclesiástica hizo alusión al aborto diciendo que «no se puede plantear como un derecho sobre el propio cuerpo la toma de decisiones sobre esa vida».
El arzobispo de Santiago aseguró que «todos merecen el más alto respeto, y más aún cuando está embestido como autoridad».