Hasta ahora se ha intentado mover al cetáceo con una grúa.
Entre la basura recuperada del vientre de la ballena hay platos de plástico, bolsas de supermercado, redes de pesca enredadas y un paquete de detergente para ropa.
El ejemplar de ballena franca austral (Eubalaena australis) descansa desde hace unos días en la costa de Quintay junto a su cría.
En el procedimiento, realizado en conjunto con la Seremi de Salud y de Medio Ambiente, se estableció además el acopio ilegal de 200 baterías y seis tambores de aceite.
Al menos 300 animales marinos mueren cada año en aguas tailandesas por ingerir residuos plásticos.
Ejemplar, de unos 18 metros de largo y 10 toneladas de peso, varó durante horas de esta mañana en la ribera norte del río Rapel, falleciendo horas más tarde.