Si bien reconoce que siempre tuvo habilidades para el dibujo, hasta los 31 años Robinson Santibáñez jamás había pintado un cuadro. Sin embargo, esto cambió cuando llegó a cumplir una condena por robo al Centro de Detención Preventiva (CDP) de Petorca. Fue aquí donde se le dio el espacio y los permisos necesarios que lo han llevado a que sus creaciones hoy sean vendidas en la comuna que lo alberga.

Robinson reconoce que «nací bueno para el dibujo. En los colegios dibujaba y me daba cuenta que tenía talento en el dibujo, pero más allá no. Acá paso todo el día pintando. El jefe de unidad vio que yo realmente me dedicaba a trabajar y optaron por dejarme una “carreta” (espacio para pintar)”. Consultado sobre la venta de sus trabajos en la feria local, Robinson reconoce que se siente feliz por ello, sobre todo cuando sus “compañeros (que cuentan con el beneficio de salida dominical o de fin de semana) le dicen que la gente les pide más cuadros. Los que más se venden son los de paisajes campestres, pero también me gusta hacer retratos y ahora estoy haciendo uno con figuras geométricas. Ya me han pedido más cuadros campestres”.

La reinserción social de las personas privadas de libertad es una de las prioridades de Gendarmería, es por ello que el jefe del CDP petorquino, suboficial Roberto Gallardo, le ha entregado las facilidades necesarias para que pueda pintar sin ningún tipo de inconvenientes: “La unidad le ha permitido que pueda trabajar y así pueda tener dinero para mandarle a su familia. La oportunidad que le hemos estado dando a los internos es permitir que desarrollen sus habilidades y la autorización de ingresar los elementos necesarios, todo lo que necesitan para hacer sus trabajos; no solo los de pintura, sino que otros trabajos que al interior hacen”.