viernes 3 mayo de 2013 | Publicado a las 9:50 pm · Actualizado a las 9:50 pm
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¿Estaría dispuesto(a) a realizarse un tatuaje con el logo de su empresa por un aumento del 15% en su sueldo?
Eso fue lo que hicieron los empleados de una inmobiliaria en Nueva York al tatuarse el logo de su empresa a cambio de un 15% de aumento en su sueldo. La oferta de Rapid Realty, como se llama la empresa, no tiene restricciones de lugar ni tamaño: desde el brazo hasta detrás de la oreja, […]
Eso fue lo que hicieron los empleados de una inmobiliaria en Nueva York al tatuarse el logo de su empresa a cambio de un 15% de aumento en su sueldo.
La oferta de Rapid Realty, como se llama la empresa, no tiene restricciones de lugar ni tamaño: desde el brazo hasta detrás de la oreja, cada uno puede elegir dónde y cómo prefiere llevar el singular tatuaje.
La compañía hizo esta propuesta a sus más de mil empleados y 40 de ellos se han prestado hasta ahora para el skinvertising (de la unión de skin -piel- y advertising -publicidad-).
La poco convencional modalidad de hacerse tatuajes comerciales es una estrategia cuestionada por algunos, aunque en su cuenta de Twitter, la compañía describe orgullosa a sus empleados como «anuncios andantes».
«No es truco publicitario»
Hasta 40 empleados se han tatuado sus cuerpos con el logo de Rapid Realty.
El propietario de la compañía Anthony Lillo, en conversación con BBC Mundo, asegura que comenzó como «algo interno. No como un truco publicitario» y aseguró que el tatuaje unía a los empleados.
La idea surgió de Adam Altman, un empleado «leal» que tuvo la iniciativa de tatuarse el logo de la empresa, sin pedir nada a cambio. Altman «me llamó y fui corriendo con mi cámara a grabarlo», dice Lolli a BBC Mundo.
Lolli, honrado y agradecido por el gesto, dice, pagó por el tatuaje. Luego le dio una bonificación de un 15%. Un incentivo que convenció a otros empleados a convertirse en «embajadores de la marca».
«Yo ni siquiera se lo pido. Ellos me llaman y me dicen que se están tatuando. Tienen amigos con tatuajes sin mucho sentido y piensan ‘disfruto de la experiencia de trabajar en esta empresa, así que ¿por qué no?», cuenta Lillo, mientras espera a la salida del estudio de tatuaje, donde 4 empleados más aguardan a ser atendidos.
En un mercado laboral tan dinámico como el que existe en la ciudad de Nueva York, cabe preguntarse -por ser el tatuaje una decisión para toda la vida- qué ocurriría si los empleados se van de la compañía.
Anthony Lillo, sin embargo, todavía no se ha hecho uno. «Lo estamos valorando», dice. «De momento, empleados de hasta 62 de nuestros locales se han tatuado. Cuando lleguemos a los 100 locales, será mi turno».}
Fuente: BBC