Roberto Retamal Pacheco

Parece que es cierto. Francisco, nuestro nuevo gran pontífice viene a Chile.
Correspondía en todo caso; mal que mal vivió sus buenos años entre nosotros.
Como en el pedir no hay engaño, tengo lista mi petición: Que el Papa Francisco venga a visitarnos a Valparaíso.
¿Motivos? Muchos, pues. De partida es un Papa hiper popular. Todos los días conocemos testimonios de la sencillez de sus hábitos y de sus costumbres austeras.
O sea, tendríamos a un Papa muy popular visitando una ciudad muy popular. ¿Hay algún sitio más popular que Valparaíso?
Como si fuera poco, el segundo nombre de Valparaíso se conoce en todo el mundo. ¿Quién no ha sabido que nosotros representamos a Pancho, gancho…?
Veo a nuestro pontífice visitando las obras de restauración en nuestra iglesia-símbolo de San Francisco, la misma que bautizó como “Pancho” a este puerto. Lo veo conversando con nuestros vecinos y muy especialmente nuestros deportistas Wanderinos, que no le van en zaga a “Los Gauchos de Boedo”, que de todas formas son más jóvenes que nuestro Wanderito, puesto que San Lorenzo de Almagro data de “apenas” 1908.
Veo a nuestro “Pancho, el Grande” compartiendo con estos porteños, del Pacífico visitando callejuelas y paseos, admirándose con nuestro anfiteatro y trayendo a la memoria aquellos paseos que con toda certeza realizó años ha, cuando vivía entre nosotros.
Corresponde. Un Papa que busca llamar a la conciencia sobre nuestra obligación de volcarnos hacia quienes más necesitan, reafirmará su vocación conociendo de cerca el cariño y la admiración de todo un puerto patrimonial, donde hacer la vida de cada día no es nada fácil
Nos estamos viendo