Lucho Miranda fue el encargado de llevar el humor a la cuarta noche del Festival de Viña del Mar.

El joven de 29 años, con un incipiente, pero exitosa carrera en la comedia nacional, inició su rutina aclarando que su manera de hablar no es que “sea un curadito” sino que es a causa de su discapacidad.

Tras romper el hielo con ese chiste, Miranda se refirió a su incursión en la televisión, revelando que su familia le aconsejaba que no fuera a la televisión “mira que la tele miente”

¿Qué pasa si la gente piensa que no tengo discapacidad? 28 años siendo así para que la gente dude de mi condición. Así como: ‘no, debe ser como el pelao Vade’”, bromeó.

El humorista oriundo de Vicuña despertó rápidamente la risa de los presentes con chistes que, tal y como lo adelantó en su conferencia de prensa, se referían a él, su vida y las distintas anécdotas que se viven diariamente siendo una persona con una discapacidad.

Chistes cortos, risa fácil, hicieron del debut de Miranda, un verdadero éxito, el que le hizo merecedor de su primera gaviota de plata.

“Para uno como comediante, es un sueño estar acá, estoy muy feliz” reveló Lucho tras recibir de las manos de Manuel Turizo la gaviota de plata.

Posteriormente, Miranda volvió a realizar un breve bis a su rutina, volviendo a hacer reír al público presente en la Quinta Vergara, así como en sus casas, lo que llevó a que califiquen su rutina con nota 7, recibiendo así la anhelada gaviota de oro.

“Si una persona busca la felicidad, siempre la va a encontrar”, aseguró un emocionado y triunfador, Lucho Miranda.

Vale destacar que las gaviotas recibidas por Lucho Miranda incluían un soporte especial para que él pudiera agarrarla, considerando su discapacidad motora.