Luego de votar este domingo en el plebiscito constitucional, el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, hizo un llamado a “tomarse este día con el mayor grado de tranquilidad posible”.

“Hemos estado antecedidos de días de mucha violencia política, de mucha violencia verbal, de muchas idas y venidas y de repente olvidamos que mañana 18 de diciembre, todos vamos a seguir viviendo en el mismo país”, explicó.

Sharp añadió que “cualquiera sean los resultados por una u otra opción, el 18 de diciembre comienza también un nuevo momento en la política en Chile, entonces creo que hay que tomarse las cosas con calma”.

Consultado sobre un posible tercer proceso constitucional, dijo que “me parece altamente inconveniente”. “El proceso de cambio constitucional hoy día está completamente disociado de lo que la gente entiende por cambios, sino que más bien el proceso constitucional al final se ha terminado convirtiendo en una pelea entre partidos, una pelea dentro del sistema político y que ha excluido completamente a la sociedad y sus problemas”.

Sharp y la suspensión: “son las consecuencias de luchar contra la corrupción”

Consultado sobre su suspensión por parte del Tricel, por la falta de una «supervigilancia» sobre 2 liceos técnicos de Valparaíso, Sharp dijo que “son las consecuencias de luchar contra la corrupción”.

“Nosotros nos propusimos una lucha de frente contra la corrupción que las administraciones anteriores habían incurrido en el municipio de Valparaíso. Y por eso fuimos objeto de una estrategia política que intentó nuestra destitución y que buscó cualquier triquiñuela para poder hacerlo”, apuntó el militante de Transformar Chile.

“Los concejales que me acusaron, intentaron pactar con nosotros para que no destapáramos todos los escándalos que encontramos en el municipio. Nosotros nunca lo hicimos y porque no lo hicimos nos acusaron de todas esas barbaridades que fueron desechadas por el mismo tribunal electoral y por la misma Contraloría”.

Finalmente sobre la sanción dijo que fue multado por una situación que ocurrió en dos de 53 liceos públicos de Valparaíso. Nosotros veníamos llegando, teníamos menos de un año de gestión. Y claro, deberíamos haber identificado esta estos problemas antes, pero imagínese llegar a una institución con un déficit de cien mil millones, con cotizaciones provisionales que no se pagan, con procesos administrativos irregulares, trabajadores sin contratos de trabajo, era muy difícil poder haber detectado esas observaciones tan específicos que hizo la contraloría que además fueron generadas por administraciones anteriores (…) Se buscaba mi destitución y esa destitución no se logró. Y eso me tiene muy tranquilo. A la vuelta hay muchas buenas novedades para Valparaíso”.