Las enfermedades respiratorias afectan desde la nariz hasta nuestros pulmones, de manera corta pero intensa o prolongada con una evolución errática. Entre las causas se encuentran aquellas provocadas por virus, bacterias y, con menos frecuencia, hongos, a través de la inhalación de gotitas microscópicas en el aire o al tocar un área contaminada por un enfermo. Por ello, estornudar o toser tapando la boca y la nariz con el antebrazo junto al lavado de manos, son muy importantes para la prevención del contagio. enfermedades-respiratorias

El Dr. Barros, explica que todas las personas están expuestas a las enfermedades respiratorias, quienes presentan un mayor riesgo son aquellas en contacto cercano con otros enfermos, por hacinamiento o trabajo. Aclara que mayor riesgo de complicaciones tienen los adultos mayores, embarazadas, pacientes que presentan enfermedades crónicas y los que están en tratamientos que disminuyen las defensas naturales del organismo.

Entre las enfermedades del invierno está el resfrío común. Se presenta con aumento de secreciones nasales, obstrucción del paso de aire por la nariz, estornudos y dolor de garganta, es frecuente que se acompañe de tos y sensación de molestia en el pecho, sin fiebre en adultos, con síntomas  que duran como máximo una a dos semanas.

La Influenza  es un cuadro más grave, y sus efectos pueden dejar a una persona inhabilitada para hacer su vida normal por varios días. Se caracteriza por fiebre alta mayor a 38,5°, calofríos, mucho decaimiento y dolor muscular. Suele existir intenso dolor de cabeza, congestión nasal y dolor de garganta. Es causada por el virus de la influenza, y puede presentar complicaciones graves, especialmente en personas mayores y niños. La fiebre dura 3 o 4 días en la mayoría de los casos, pero el decaimiento puede demorar hasta 3 semanas en mejorar.

En esta época, además es muy frecuente tener irritación de la faringe, dolor al tragar saliva o alimentos, síntomas propios de la faringitis que puede ser causada por diferentes infecciones virales, como el resfrío común o la influenza. Cuando no se acompaña de manifestaciones generales como fiebre y decaimiento, suele ser restringida a un tiempo determinado. Su tratamiento es sintomático, y puede ayudar la ingestión de líquidos o dulces que estimulen la producción de saliva para mantener la faringe húmeda. Si hay fiebre, o no pasa luego de unos días, debe consultar un médico.

Durante los meses fríos  las personas están expuestas a la bronquitis, cuadro viral que se manifiesta con tos (irritativa o productiva), sensación de pecho apretado y se puede acompañar de fiebre leve, dolor de cabeza, y compromiso nasal. En algunos casos, la bronquitis se complica con obstrucción bronquial, presentado falta de aire al respirar. Puede o no existir fiebre (si hay, suele ser baja), y es poco frecuente que se produzca decaimiento. La mayoría de los casos son por virus, y no está indicado usar antibióticos.

Finalmente está la Neumonía, una de las enfermedades más graves. Es una infección del pulmón, causa de muerte especialmente en ancianos y niños pequeños. También personas con algunas enfermedades crónicas respiratorias, cáncer y diabetes mellitus, entre otras, tienen un riesgo aumentado de complicaciones por esta enfermedad que comienza  con fiebre alta y mucho decaimiento, o de manera paulatina con poca fiebre, tos persistente y decaimiento leve. Estos síntomas persistentes, especialmente si se agrega  dificultad en la respiración, alteración del estado de alerta de la persona y/o dolor al respirar deben motivar consulta en Servicio de Urgencia.

Es muy importante visitar al médico o consultar si se siente muy mal, o presenta algún signo de gravedad como sangre en la tos, si tiene una enfermedad crónica, o un sistema inmunológico debilitado. Cuando los síntomas no mejoran luego de 3 días, hay empeoramiento de estos, se observa dificultad o dolor para respirar, o denota una alteración del estado mental, se hace urgente la visita a un especialista, concluye el Dr. Manuel Barros, Neumólogo de Clínica Ciudad del Mar.