miércoles 19 diciembre de 2018 | Publicado a las 9:21 am · Actualizado a las 9:21 am
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Bernardo Montoya confesó el asesinato de Laura Luelmo, la profesora española de 26 años
De 50 años, Montoya residía desde el mes de octubre en una vivienda frente a la que desde hace unos días ocupaba Luelmo que desapareció el 12 de diciembre
Bernardo Montoya, el vecino de El Campillo detenido este martes por la Guardia Civil ha reconocido el asesinato y un intento de violación de Laura Luelmo, tras varias horas de interrogatorio y en presencia de su abogado.
De 50 años, Montoya residía desde el mes de octubre en una vivienda frente a la que desde hace unos días ocupaba la profesora de 26 años que desapareció el 12 de diciembre y cuyo cadáver fue hallado el lunes entre unos matorrales.
Laura Luelmo había advertido por teléfono a su novio de las miradas de un vecino que la importunaban, el mismo hombre que ahora ha confesado su asesinato. Bernardo Montoya ha pasado 22 años en prisión por varias condenas, entre ellas la del asesinato en 1995 de una mujer de 81 años que iba a declarar en su contra en un juicio por una reyerta.
El hombre que ha terminado confesando el crimen, después de intentar despistar a los agentes con versiones poco creíbles, había abandonado su vivienda de El Campillo horas después de que la Guardia Civil iniciara la búsqueda de la profesora, el jueves pasado.
La versión del detenido
Algunos medios están informando de la declaración que, al parecer, el autor confeso ha prestado ante los agentes. Según su versión, engañó a la profesora y le tendió una trampa cuando ella le preguntó por un supermercado cercano. «La mandé a un callejón sin salida».
También habría confesado haber golpeado su cabeza con violencia contra el maletero, que la intentó agredir sexualmente, y que después la abandonó en el campo, con las manos atadas a la espalda.
«La desnudé de cintura para abajo y traté de violarla pero pese a que estaba inconsciente no lo conseguí. Lo intenté pero nada. Juro que al final no la agredí sexualmente. Luego me asusté. La saqué del coche y la trasladé como pude hasta la zona de jaras y me fui corriendo. Pero cuando la dejé allí estaba viva», según publica El Español.
El hombre habría regresado entonces a su vivienda «corriendo». De camino habría tirado el teléfono móvil de la víctima a un contenedor y las zapatillas, que llevaba en el coche, a otro. «Llegué a casa e intenté dormir, pero no lograba conciliar el sueño. Así que decidí salir a andar».
Montoya habría declarado que los días siguientes, cuando ya se buscaba a Laura Luelmo, «iba a ver a gente, a conocidos, a amigos y luego regresaba a casa, hasta que un día vi a la Guardia Civil. El sábado por la tarde traté de entrar en mi casa, pero estaba allí la pareja de la Guardia Civil. Al verles, salí corriendo para no volver».
Varios medios de comunicación publican que dos días después de la desaparición de la profesora Montoya visitó a su novia en un vis a vis en la cárcel de Huelva. Los investigadores comprueban si pudo entonces deshacerse de pertenencias de su víctima en algún contenedor de basura cercano al aparcamiento de la prisión.
Reconstrucción de los hechos
El autor confeso de la muerte de la joven zamorana Laura Luelmo en El Campillo (Huelva), ha abandonado a mediodía las dependencias de la Comandancia de Guardia Civil de Huelva, donde se encontraba desde las 2.20 horas. Montoya ha salido por la puerta principal a las 12.18 horas, cabizbajo, esposado y custodiado por dos agentes, y ha subido en un coche patrulla. Todo aputna a que el detenido, que a primera hora de la mañana confesó haber matado a la joven, puede haber sido trasladado a El Campillo para una reconstrucción de los hechos, aunque también podría ser conducido a Valverde del Camino para ser puesto a disposición judicial.