Pese a haber unos 60 mil militantes del partido Unión Democrata Independiente (UDI) en calidad de “suspendidos” que no podrán votar este domingo en la elección con la que la tolda renovará su directiva, la presidenta, Jacqueline van Rysselberghe, señaló este viernes que la cifra relevante de militantes afectados solo ascendería a unas 300 o 400 personas.

El resto de los inhabilitados, argumentó, se trata de militantes que perdieron contacto con la colectividad y que figuran como inubicables.

“Los 60 mil, la verdad es que son personas que no presentaron ningún interés en reficharse. Son personas que, en algún momento en la década de los ochenta firmaron, y que cuando tuvimos que reinscribir al partido fue imposible ubicarlos”, afirmó la senadora gremialista en radio Agricultura.

En este sentido, explicó que el grupo de militantes que tendría la intención de participar en los comicios internos y que no podrá hacerlo se sitúa entre las 300 y 400 personas.

Uno de los casos más relevantes, agregó, se trata del diputado UDI Álvaro Carter. Con todo, Van Rysselberghe dijo que este grupo llegaba originalmente a las mil personas, pero que tras una apelación al Servel se logró reducir la cifra.

Van Rysselberghe se enfrentará en las urnas con el jefe de bancada Javier Macaya, una contienda que ha escalado en la última semana  por las recriminaciones cruzadas en torno a los problemas con el padrón electoral.

En la víspera, Macaya acusó a su contendora de ocultar información, imputación que la timonel calificó de “gravísima”.

“Primero, porque eso no es cierto, ellos tienen exactamente la misma información que tiene la UDI, nada más ni nada menos”, aseguró Van Rysselberghe.

Macaya, por su parte, replicó que la misma timonel gremialista “me reconoció que había construido mayor información con una empresa que al final del día es proveedora de la UDI”.

“Creo que es raro que te digan, a dos días de la elección, que van a votar no sé cuántos miles de personas más”, finazlió.