sábado 10 febrero de 2018 | Publicado a las 8:42 am · Actualizado a las 8:42 am
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¿Cuáles son las consultas traumatológicas más frecuentes?
Cada día es más frecuente ver personas trotando por parques y caminos, por lo mismo, han aumentado también los esquinces de pie y de tobillo, lo que obliga a hacer un receso en la rutina de ejercicios deportivos, y además interfiere en las actividades cotidianas.
Hoy en día no sólo los deportistas salen a correr, ya se ha transformado en un saludable hábito de personas de todas las edades, solos o en grupo, incluso familias completas disfrutan saliendo a trotar al aire libre. El “mundo del corredor” ha crecido muchísimo en el último tiempo, incluso existen diversos conceptos para referirse a salir a correr o trotar, como running, footing, jogging. Salir a correr al aire libre, por el simple hecho de disfrutar corriendo de manera relajada y sin presiones por conseguir una marca o recorrer una distancia determinada, se denomina jogging o footing. Por su parte, el running sí considera estos factores, cuando se controlan tiempos, distancias y ritmos cardíacos, a modo de entrenamiento para deportistas profesionales, o quienes se preparan para participar en alguna competencia.
Dada la masificación de personas que salen a correr, es que también han aumentado las lesiones físicas, principalmente en tobillo y pie. De acuerdo a lo explicado por el Dr. Sergio Fajardo, traumatólogo de Centro Médico Bosques de Clínica Ciudad del Mar, es sumamente importante inmovilizar la zona afectada y aplicar hielo local durante las primeras horas de ocurrida la lesión. En el caso de un esguince de tobillo, se debe buscar una tabla o realizar una inmovilización con cartón duro, adosándolo a la extremidad, y posteriormente la zona afectada debe ser elevada, con el objetivo de disminuir la intensidad del dolor y de la hinchazón, lo que es primordial en los primeros momentos, sin embargo, siempre se recomienda visitar a un especialista que pueda determinar la complejidad de la lesión.
Otra de las lesiones frecuentes es la de meniscos, que afecta principalmente a jóvenes que realizan deportes de alto impacto y a personas que ya cumplieron los 40 años, puesto que a esta edad el menisco comienza a gastarse, produciendo meniscopatías degenerativas. En este caso, también se debe proceder con la inmovilización de la zona afectada y la aplicación de frío, no obstante, si no cuenta con los implementos necesarios, lo óptimo es trasladar al paciente hasta el centro médico más cercano, manteniendo una tracción en eje permanente. Generalmente la lesión de menisco requiere intervención quirúrgica.
La diferencia entre una torsión de articulaciones, como un esguince de tobillo, y una fractura, se puede notar por la intensidad del dolor y la imposibilidad de realizar carga cuando se trata de esta última.
Por otro lado, el Dr. Fajardo explica que dentro de las consultas médicas más frecuentes también destacan aquellas de origen no traumáticas, donde encontramos, por ejemplo, el lumbago. Este se manifiesta a través de intenso dolor, que puede ser causado por distintas razones, como la realización de una mala fuerza. Según lo explicado por el especialista de Clínica Ciudad del Mar, los lumbagos también pueden originarse por enfermedades renales o cálculos.
Los adultos mayores, especialmente las mujeres, suelen consultar por dolores de espalda y cintura, muchos de los cuales se originan como consecuencias de fracturas vertebrales causadas por una osteoporosis no diagnosticada, especialmente en edades más avanzadas.
Existen algunos síntomas que permitirán alertarnos en forma temprana que algo no anda bien. Según el especialista, algunas señales a tener en cuenta son aquellos dolores lumbares que han persistido por más de tres semanas. Otro signo importante es que nuestra columna no haya respondido en forma satisfactoria al tratamiento habitual que se realiza en base a analgésicos, antiinflamatorios y calor nocturno. Asimismo, debemos prestar atención en aquellos casos que el dolor se haya vuelto insostenible, al punto de despertarnos durante la noche o cuando la persona comience a percibir menos fuerza en alguna de sus extremidades y/o sentirlas adormecidas.