miércoles 3 abril de 2024 | Publicado a las 12:10 pm · Actualizado a las 12:10 pm
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Confirman llegada de la “polilla de la harina” a la península Antártica
Aunque las temperaturas en la Antártica son muy bajas para que estas polillas se propaguen en el aire, siempre existe la posibilidad de que aparezcan en otras bases de la península Antártica.
En febrero del 2023, durante la LIX Expedición Científica Antártica (ECA 59) organizada por el Instituto Antártico Chileno (INACH), investigadoras e investigadores nacionales que se encontraban en la base Yelcho (latitud 64º S, longitud 63º O), ubicada en la península Antártica, realizaron un particular descubrimiento: polillas, un insecto nunca antes observado en esa zona.
El hallazgo fue comunicado en un artículo científico publicado en la revista Ecology and Evolution en el marco del proyecto “Bioinvasiones terrestres y marinas en la Antártica: retos y oportunidades para la erradicación de especies invasoras”, una iniciativa financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y liderada por la investigadora del INACH, Dra. Ximena Salinas Silva.
Este proyecto de vinculación internacional ha logrado establecer una colaboración entre diversos equipos en Chile y Corea del Sur, representados por instituciones como la Universidad Católica del Maule, el Instituto Milenio Biodiversidad de Ecosistemas Antárticos y Subantárticos (Instituto Milenio BASE), la Universidad de Concepción, el Instituto Coreano de Investigación Polar (KOPRI) y el INACH. “Este proyecto aborda de manera integral el desafío de las bioinvasiones terrestres y marinas en la Antártica. A través del estudio de las distintas líneas de bioinvasiones, incluyendo los insectos, el medio marino y las especies vegetales que afectan al suelo antártico, el proyecto busca comprender los patrones de establecimiento de estas especies invasoras en este ecosistema único”, señala Salinas.
El descubrimiento de Plodia interpunctella, también conocida como la “polilla india de la harina” o “polilla de los granos”, marca un hito significativo: esta especie es considerada una plaga doméstica en gran parte del mundo. Sus larvas polillas suelen colocar sus huevos en granos como avena, arroz o harina, donde se desarrollan hasta convertirse en polillas adultas que revolotean por las alacenas y despensas.
Aunque no consiguen sobrevivir por mucho tiempo en climas fríos, lo cierto es que pueden prosperar fácilmente en interiores y su presencia se ha expandido al resto de los cinco continentes. En los últimos años ya se había registrado la presencia de este lepidóptero en bases de otros países en el norte de la península Antártica en los años 2017 y 2021, pero ahora se ha desplazado lentamente hacia el sur, a más de 200 kilómetros de estos primeros casos reportados.
Según el biólogo evolutivo Dr. Hugo Benítez, investigador del Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Maule de la Universidad Católica del Maule e Instituto Milenio BASE, este es el registro más meridional documentado de este insecto, lo que muestra la creciente amenaza que representan las especies invasoras para los ecosistemas antárticos a medida que avanzan los efectos del cambio climático. “Esta polilla nunca había sido vista tan lejos de las islas Shetlands del Sur. Yelcho es la estación científica más al sur donde se ha encontrado, por lo tanto, marca el avistamiento más meridional de esta especie”, explica Benítez, quien además es el autor principal del artículo.
Tras realizar el primer avistamiento y otro efectuado dos días después, las y los investigadores capturaron estos insectos, los que se trajeron al continente para secuenciar su ADN y confirmar que se trataba de Plodia interpunctella.
Cabe señalar que aunque las temperaturas en la Antártica son muy bajas para que estas polillas se propaguen en el aire, siempre existe la posibilidad de que aparezcan en otras bases de la península Antártica. Por lo cual, la presencia de especies invasoras representa una amenaza para la biodiversidad polar de acuerdo con el Protocolo sobre Protección del Medio Ambiente.
Finalmente, los investigadores advierten que estos insectos pueden convertirse en vectores potenciales de otras especies no nativas, lo que puede tener efectos no deseados en el equilibrio de los ecosistemas antárticos.