Durante esta jornada, se dio a conocer que uno de los tradicionales comercializadores de calzado deportivos de país solicitó su quiebra, esto en medio de fuertes problemas financieros.

En este sentido se trata de  Patuelli y Compañía, y la empresa relacionada Inversiones Murano, quienes solicitaron su liquidación voluntaria al 8° Juzgado Civil al acumular una deuda de casi 19 mil millones de pesos con varias empresas bancarias, privadas y una entidad estatal.

De acuerdo a lo consignado por el Diario Financiero, la empresa que cuenta con 37 tiendas en los principales malls del país, informó a los tribunales una deuda neta total de 10.997 millones de pesos, de los cuales unos $1.600 millones corresponden a créditos bancarios.

En este sentido, según consigna en la apertura del proceso los principales acreedores son Itaú, Santander, BCI, Scotiabank y Banco de Chile, mientras que el resto de la deuda está distribuida entre los proveedores de marcas, arrendadores de los locales comerciales y la Tesorería General de la República.

Junto a ello, se solicitó la liquidación de Inversiones Murano, quien perdió la veintena de tiendas de Nike Store cuando la multinacional adjudicó su operación a Equinox, lo cual la dejó con pasivos por más de $7.759 millones, de los cuales $3.281 millones son con deudas con los bancos Itaú, Santander, BCI, Internacional, Scotiabank y Banco de Chile.

En tanto, el resto de las deudas corresponde a compromisos adquiridos con su proveedor de productos marca Nike, arrendadores de locales y la Tesorería.

Respecto a las causas que originaron esta debacle económica en ambas empresas, el controlador apuntó en ambos casos a los efectos de la crisis la crisis social y la pandemia, siendo esta última la más fuerte dado que llevó a tener por varios meses cerrados los locales.

Finalmente, según el citado medio, el abogado de las compañías explicó que se trató de negociar alternativas de financiamiento para reestructurar la deuda neta total desde el último trimestre de 2022. A modo de ejemplo, dijo que se evaluó un crédito de largo plazo con la banca chilena a través de un proceso de sindicación que permitiera distribuir la participación de los bancos dentro del financiamiento bajo condiciones más favorables para las empresas, situación que no llegó a puerto llevando a recurrir a esta alternativa.