Una demanda al Estado por más de $1.200 millones debido a la falta de servicio fue presentada por los dueños de la Antigua Fuente.

Esto a causa de los daños sufridos por el local comercial ubicado en el sector de Plaza Baquedano en medio de las manifestaciones del estallido social de 2019.

Josefina Escobar, abogada representante de la familia detalló que “Esta demanda se funda en argumentos jurídicos contundentes que no dejan duda de que el Estado ha hecho un abandono total de una verdadera zona de sacrificio, causando enormes perjuicios a los locatarios de dicha zona y en especial a los hermanos Siri, que han ejercido su actividad comercial hace más de 50 años en ese lugar”.

Bajo esa línea, explicó que “la indemnización de perjuicios que se solicita es por más de $1.200 millones, que responden a los perjuicios económicos directos sufridos y al daño moral de los involucrados”.

“Entablamos acción de responsabilidad del Estado por falta de servicio, con indemnización de perjuicios, en juicio de Hacienda, en contra del Fisco de Chile, representado por don Juan Antonio Peribonio en su calidad de Presidente del Consejo de Defensa del Estado, en razón de los daños patrimoniales y morales que los demandantes han sufrido a causa de la acción negligente, inadecuada y/o insuficiente en el restablecimiento del orden público en el sector de Plaza Baquedano por más de dos años”, sostiene el documento.

Lo señalado anteriormente “ha impedido total y/o parcialmente, conforme a los diferentes períodos de tiempo que se señalarán, el desarrollo de su actividad comercial y laboral (de la familia), la que ejercen a través de la operación del restaurante ‘Antigua Fuente’, generando ingentes daños patrimoniales y morales”.

Esta compensación solicitada por los hermanos Carlo y Claudio Siri, no contempla únicamente lo económico, sino que alegan de igual forma daños psicológicos.

“Es imposible soslayar que en este caso no solo existe una justa pretensión patrimonial involucrada, sino una aspiración de resarcimiento del tremendo desgaste psicológico, familiar y personal, que han tenido que sufrir las personas naturales demandantes durante estos largos casi tres años, en que no han podido desarrollar libremente su negocio o trabajo, pero más aún, tiempo en que han vivido con el miedo que cualquier día podían perder su único medio de subsistencia o, derechamente, la vida”.

A causa de la “posibilidad y riesgo de verse expuestos a ataques directos ( tales como el sufrido por Carlo Siri) además de las constantes amenazas de quema o saqueo del local, se han generado un alto nivel de estrés en estos demandantes”.