El miércoles 30 de junio, el Tribunal Superior de Los Ángeles denegó la solicitud hecha por Britney Spears, quien buscaba que su padre, Jamie Spears, dejara de ser tutor de su patrimonio, estimado en unos 60 millones de dólares.

La jueza Brenda Penny, dictaminó que Britney es «incapaz de administrar sus finanzas y resistir el engaño o la influencia indebida» por lo que su padre James Spears seguiría siendo su tutor.

La solicitud de la cantante fue presentada en noviembre del 2020, cuando su abogado, Samuel D. Ingham III, manifestó que la princesa del pop le tenía miedo a su padre y no volvería a realizar actuaciones si el continuaba con la tutela de su patrimonio.

Así, el 23 de junio pasado, Britney entregó su testimonio judicial, en el que narraba que su padre había aprobado una serie de prohibiciones hacia ella, entre las que se encuentran el exceso de trabajo, medicamento con litio y prohibición de quitarse un dispositivo anticonceptivo.

Jamie Spears fue designado como tutor legal de la cantante y su patrimonio desde el año 2008, por lo que la cantante debe pedir permiso antes de tomar cualquier decisión relacionada con su vida privada, pública y financiera.