domingo 12 mayo de 2019 | Publicado a las 8:03 pm · Actualizado a las 8:03 pm
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Columna de opinión: Lactancia y apego
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Desde la vida intrauterina los bebes interactúan tanto de manera afectiva con su madre, como también de manera comportamental y biológica. Es a partir de esta etapa que se desarrollan todas las funciones orofaciales que estarán presentes desde el nacimiento y son vitales para la sobrevivencia del bebé, ya que permitirán la alimentación y respiración.
Inmediatamente después del nacimiento del bebé se inicia la lactancia y con ella el apego; como una instancia privilegiada, que otorgará tanto a la madre como al bebé la oportunidad de generar un vínculo afectivo único, que permitirá organizar armónicamente sus patrones sensoriales, forjando la seguridad y el placer en el niño, además de otros beneficios igual o más importantes, tales como: nutrición óptima, menor prevalencia de obesidad, fortalecimiento del sistema Inmunológico, mejor desarrollo psicomotor, cognitivo y académico, menor riesgo de caries, menor riesgo de muerte súbita, mejor vínculo madre-hijo/a, menor costo para la familia, etc.
Esta experiencia no siempre es fácil para la familia, ya que muchas veces existen dolores en los pechos, heridas en los pezones e irritabilidad del niño al no lograr un acople adecuado. Para que esto no ocurra, importante es seguir los siguientes consejos a la hora de amamantar:
- Es necesario estar relajada, cómoda, con una postura que permita apoyar bien la espalda y los pies.
- Al mismo tiempo el niño debe estar cómodo en los brazos de la madre, y es ella quien lo debe acercar al pecho, no acercar el pecho hacia él.
- Con una palma en la cabeza del bebe, la madre debe acercarlo frente al pezón, rozando su mejilla con el, para activar el reflejo de búsqueda, y luego dar paso a la succión del pecho.
- Los labios del niño/a deben quedar evertidos, el mentón puede quedar pegado al pecho y la nariz tocando el pecho o liberada, sin que sea visible la areola del pezón, o bien lo menos posible.
Es a partir de un acople exitoso que tanto la madre como el niño, comenzaran a disfrutar de la lactancia, permitirá que el bebé mame cuantas veces quiera y con esta la producción de leche será suficiente para cubrir las necesidades alimenticias del bebé.
En síntesis debemos tener claro que la lactancia materna es la forma natural y recomendada de alimentar a nuestros hijos e hijas al ser un súper alimento capaz de otorgar todos los nutrientes necesarios a nuestros Bebés y por ser una instancia única de vinculación afectiva con su madre. Es por lo mismo que la Organización Mundial de la salud recomienda que sea exclusiva hasta los 6 meses de edad y complementada hasta los 2 años.
Renata Barrales Rodríguez
Docente Universidad Andrés Bello
Máster en Necesidades Educativas Especiales y Atención Temprana, VIU
Diplomada en Trastornos de la Deglución y la Alimentación Oral, UCh