En Florida, donde Michael tocó tierra la semana pasada como una poderosa tormenta de categoría 4, con vientos de hasta 250 kilómetros por hora, se registran 16 muertes, de las cuales 12 se produjeron en el condado Bay, por donde el huracán entró a EE.UU. El resto de los fallecidos se reparten entre Virginia, Georgia y Carolina del Norte.

En las últimas horas, los equipos de rescate localizaron otros dos cuerpos: uno se halló con ayuda de un dron y el otro fue descubierto por un perro adiestrado.

Aunque trágico, la cifra de víctimas sigue siendo inferior a la que muchos esperaban debido a la devastación del huracán y a que cientos de personas ignoraron la orden de evacuar sus hogares.

De momento, no se conoce el número de personas que permanecen desaparecidas. Según CrowdSource Rescue, una organización en Texas que recopila informes para las búsquedas, aún había informes de más de 700 personas desaparecidas hasta este martes.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se encontró con víctimas del huracán en áreas devastadas de Florida y Georgia y se mostró sorprendido por los destrozos causados.» Es increíble la potencia de la tormenta», dijo al constatar la magnitud del desastre acompañado por el gobernador de Florida, Rick Scott, y por la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen.