Por tercera vez desde que comenzaron los graves episodios de contaminación en Quintero y Puchuncaví, el seremi de Salud, Francisco Álvarez, fue blanco del malestar de los vecinos de ambas comunas.

En medio de una nueva jornada de alto flujo de personas en el hospital Adriana Cousiño presentando síntomas de intoxicación, la autoridad sanitaria acudió al lugar para analizar en terreno lo ocurrido.

Fue a la salida de este lugar que escolares y adultos increparon a la autoridad, a quien incluso intentaron sacar de su vehículo para que les explique lo que estaba ocurriendo en la zona.

Fue en medio de este forcejeo que se generaron insultos, empujones y hasta escupitajos hacia el seremi, a quien incluso le arrebataron su delantal médico desde uno de los asientos del automóvil institucional.

Este nuevo hecho de violencia se suma al del 21 de agosto, cuando Álvarez fue encarado por estudiantes, quienes le dijeron que si quería ayudar «primero tendrían que empezar sacando a todas esas empresas que están dejando la cagada (sic)»; y al el 22 de septiembre, cuando una mujer embarazada le pidió que «por favor, decrete la emergencia sanitaria, usted tiene la potestad».