«La probabilidad de que haya una relación de causalidad es baja». Con estas palabras, el ministro de Salud, Emilio Santelices, descartó que exista algún tipo de vínculo entre los casos de aborto y los episodios de contaminación que se han registrado en las comunas de Quintero y Puchuncaví.

En conversación con radio ADN, el secretario de Estado analizó al caso de la joven de 21 años que tuvo un aborto producto de los síntomas producidos por la nube tóxica que se registró en la zona durante la semana recién pasada, y en dos ocasiones.

Al respecto, Santelices señaló que «cuando se analizan los distintos síntomas de intoxicaciones agudas de gran magnitud, uno puede llegar a tener condiciones severas. Por ejemplo, una intoxicación con arsénico determina daño multiórgano».

A 24 horas de la primera emergencia medioambiental en la zona, Fanny González, que esperaba a su segundo hijo, comenzó a sentir una serie de dolores de cabeza, náuseas, lo que derivó en un aborto.

«Aborté por negligencia netamente del hospital (de Quintero). Asistí anteriormente por síntomas de envenenamiento por los tóxicos. Me dieron el alta y me mandaron para la casa. No me dieron suero, ni practicaron ecografías ni ningún tipo de ayuda. Sólo me dijeron que era normal por el embarazo».

Arsénico

En cuanto a los niveles de arsénico detectados en el ambiente de ambas comunas, que supera 23 veces la norma de la Unión Europea, el ministro Santelices dijo que «hay que transmitir un mensaje de tranquilidad. Lo que ocurre cuando se determinan niveles altos en el aire, habitualmente tiene que ver con niveles muy fugaces de alguna fuente emisora».

Y cerró diciendo que «afortunadamente, las partículas que se pueden inhalar finalmente terminan en las vías aéreas respiratorias superiores. El arsénico produce daño a las personas cuando está asociado a alimentos o al agua. Es ahí donde se debe mantener el monitoreo».