Durante la audiencia de formalización de Johanna Hernández y Francisco Silva se revelaron detalles del presunto actuar que tuvieron en el crimen del profesor de Villa Alemana, Nibaldo Villegas, cuyo torso fue encontrado flotando en la bahía de Valparaíso.

A las 17:30 horas del viernes 10 de agosto, el profesor de computación de una escuela para adultos de Quilpué llegó a tomar once junto a su hija a la casa de su padre y hermano, ubicada en el sector de Achupallas, en Viña del Mar.

Tras compartir con su familia, a las 21:58 horas Nibaldo Villegas y Johanna Hernández, su ex esposa, acuerdan reunirse en la casa del docente, ubicada en Villa Alemana, por lo que -para evitar críticas- decide informarle a sus familiares que acudirá a una junta con amigos.

A las 22:14 horas, el profesor salió de la casa de Viña del Mar y viajó en su automóvil rumbo a Villa Alemana, lugar donde se encontraban los dos imputados aguardando la llegada del dueño de casa.

A las 23:50 horas, Hernández y Silva habrían inmovilizado al afectado por medio de algún elemento o fármaco que deberá ser dilucidado por la investigación que desarrolla la PDI, para finalmente provocarle heridas cortopunzantes en su zona torácica, situación que le provocó la muerte.

A las 23:56 horas, la ex esposa del profesor tomó una fotografía y la envió desde su teléfono celular. En la audiencia de formalización se comunicó que Villegas falleció producto de una herida de 6,8 centímetros de profundidad, a la altura de la axila izquierda.

A las 0:10 horas, ya del sábado 11 de agosto, Hernández tomó una segunda fotografía donde se veía a la víctima tendida en su cama. Tras ello, la mujer borró las imágenes, pero la PDI logró recuperarlas.

A las 3:30 horas, la pareja llevó los restos del profesor desde su casa en Villa Alemana hasta el sector de Las Docas, en Laguna Verde, lugar donde los lanzaron a una quebrada.

Tras ello, regresan a su vida normal, pero deciden regresar a Las Docas el martes 14 de agosto, a las 0:00 horas, con el objetivo de cercenar el cuerpo. Fue en este lugar donde le habrían cortado las piernas, para finalmente lanzarlos a los roqueríos.