Según da cuenta el último informe sobre circulación de virus respiratorios emitido por el Instituto de Salud Pública, en base a los antecedentes proporcionados por el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, las regiones Metropolitana y de Valparaíso lideran a la fecha en número de casos de niños menores de cinco años afectados por adenovirus, metaneumovirus e influenza B.

El documento advierte que, al comparar el actual registro de notificaciones positivas con los correspondientes a 2015, 2016 y 2017, es factible afirmar que durante las primeras 21 semanas de este año -a lo largo del país y en ambas zonas en particular- se observa un aumento considerable de casos que bien podría derivar en eventuales brotes en fechas próximas al invierno.

En efecto, durante lo que va de 2018 se han contabilizado 1.772 casos positivos de enfermedades respiratorias en pacientes pediátricos en todo el país, cifra que es un 12% más alta que la registrada en 2016 y un 15% superior a la de 2015, aunque inferior en un 17% a la de 2017. Sin embargo, el año en curso evidencia un número significativamente mayor de casos positivos de adenovirus, metaneumovirus e influenza B. En tanto, las notificaciones relativas al virus sincicial, a la parainfluenza y a la influenza A presentan, por ahora, indicadores más bajos pero en alza.

Tan solo en la última semana en las regiones Metropolitana y de Valparaíso se han confirmado 45 y 44 casos de enfermedades respiratorias, respectivamente. A ellas le sigue la de Los Lagos, con 42.

Al respecto, el pediatra y director del Departamento de Pediatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, Gustavo Ríos, explicó que aun cuando estas cifras desglosadas pueden parecer bajas, no lo son, ya que corresponden a una muestra representativa de más de 700 pacientes que han sido pesquisados y confirmados por el ISP, que implica una proyección en ascenso, que a su juicio no debe dejar de preocupar a las autoridades de salud ni a la población en general.

“Hasta ahora, y como resultado del proceso de vacunación que inició el Minsal en marzo -y que a la fecha ha logrado que más del 50% de los pacientes de mayor riesgo se hayan inmunizado antes del denominado periodo de peak- estos virus se han comportado relativamente bien, pero ya se aprecia una tendencia de incremento en la curva que llama la atención”, acotó el especialista.

Influenza H3N2

Otro aspecto preocupante en este tema tiene que ver con la potencial amenaza de la Influenza H3N2, que fue especialmente prevalente y letal en los meses de invierno (diciembre, enero y febrero) en Estados Unidos, donde causó la muerte a más de 150 niños.

“Como siempre, la experiencia nos indica que en Chile los virus respiratorios se tienden a comportar como lo hacen en el hemisferio norte, por lo que si allá esta cepa de la influenza -que es particularmente agresiva- causó estragos en la población infantil y fue particularmente mortal no es aventurado suponer que acá podamos enfrentar una situación similar. Por eso, reitero el llamado a los padres a que vacunen a sus hijos pequeños y también pido lo mismo a los adultos mayores y personas con asma, diabetes y otras enfermedades crónicas, para que se vacunen a la brevedad, ya que la inmunización es fundamental y la mejor arma para combatir este tipo de enfermedades”, afirmó el doctor Ríos.

Síntomas y recomendaciones

En Chile, los virus respiratorios -en especial el virus sincicial- son responsables del 80% de las hospitalizaciones infantiles en invierno. Sus síntomas iniciales son los de un resfrío común pero agravado.

En general estos comienzan con congestión, secreción nasal y tos, acompañada a veces de fiebre, también escalofríos, dolores de garganta, cabeza y corporales, y -en casos más graves- insuficiencia respiratoria, retracción intercostal (pecho hundido), polipnea, presencia de cianosis (tono azulado en la boca), vómitos o diarreas, que a veces tienden a agravarse, aunque esto es más común en los niños pequeños y en los adultos mayores.

“Lo que yo sugiero a los padres es observar bien a sus hijos. Si son menores de un año deben acudir de inmediato a un centro asistencial si presentan mucosidad y tos, sobre todo si viven en hogares con condición de hacinamiento o polución intradomiciliaria. Si son más grandes se pueden esperar unas 24 horas, para ver cómo evolucionan. Con niños de más de cinco años lo mejor es mantenerlos las primeras 48 horas en casa, en cama, y suministrarles antipiréticos en caso de fiebre alta. Si sus síntomas aumentan o empeoran, entonces es recomendable que acudan a consulta”, concluyó el pediatra de la UV.