Luego de la euforia generada por Los Fabulosos Cadillacs llegó el turno del humor en Viña del Mar, número que siempre está marcado por la incertidumbre respecto a la acogida del «Monstruo», sin embargo en Viña 2017 la situación es aún más tensa, ya que Juan Pablo López no es conocido mayoritariamente por el público ni por la crítica especializada.

Con una rutina basada en situaciones cotidianas del trabajo, el comediante hizo reír en distintos momentos al público, quien lo respaldó en todo momento, brindándole inclusive ruidosos aplausos que fueron agradecidos por López; y de paso, dejar atrás todas las dudas que generaba su presencia en la Quinta Vergara.

Y es que tal fue su éxito, que también se manifestó en la audiencia registrada en los índices televisivos, ya que López marcó 40 puntos de rating según se dio a conocer a través de las redes sociales.

Su rutina finalizó con una historia relacionada al Ejército de Chile, y bromeando en reiteradas ocasiones a Checho Hirane, reservista militar que en reiteradas ocasiones ha desfilado durante la Parada Militar del 19 de septiembre.

Su carrera como comediante la inició hace tres años cuando conoció a León Murillo y Jorge Alís, ambos triunfadores en el humor de Viña 2014 y 2015, respectivamente. Dada las capacidades, que poco a poco fue demostrando, Juan Pablo fue requerido por León Murillo como ayudante en los libretos durante su presentación en Viña 2015, situación que generó que la producción del evento pusiera los ojos en él.

De profesión, ingeniero de Gestión en Informática y Gestión de Negocios, López durante 16 años trabajó en un banco. Nacido en San Antonio, desde muy niño aficionado por el fútbol y hasta jugó como delantero en un club de barrio.

En su vida se ha desempeñado en pesqueras y ha trabajado de corpóreo (muñecos infantiles de tamaño natural) en eventos. Tras cumplir con su servicio militar se quedó para trabajar como instructor de los nuevos reclutas.