El gran sueño de la emprendedora Hilda Peña es concretar una idea que por años le da vueltas en su cabeza: un proyecto de agroturismo en la comuna de Limache dedicado al cultivo de plantas ornamentales, flores y finas hierbas para cocina gourmet.

Tanta fe se tiene esta agricultora limachina que ya le puso nombre a su iniciativa. Se trata de «La ruta de la flor» y su idea es consolidar su producción campestre y sacarle provecho a los potenciales atributos turísticos que ofrece la actividad.

Hasta ahora esta campesina de 60 años cuenta con su esfuerzo, perseverancia, creatividad y el apoyo de INDAP, a través del programa Prodesal, lo que le ha permitido lograr un atractivo negocio de cultivo de plantas ornamentales como cactus, suculentas, y helechos, entre otros, y una de las pocas producciones de ciboulette, de pequeño productor, existentes en la zona.

Hilda trabajó apatronada por más de treinta años y, pese a que en su nueva faceta de agricultora independiente no todo ha sido color de rosa, no se arrepiente de su decisión de emprender su propio proyecto. «La primera compra que hice fue de 17 mil pesos y terminé la temporada comprando 100 mil pesos en plantas ornamentales. Así empecé», cuenta esta limachina que tiene su emprendimiento en la localidad de Santa Rosa.

Recuerda que fue su hermano quien la incentivó a desarrollar su idea y que al trabajo de las plantas ornamentales le sumó el cultivo de ciboulette. «El apoyo del Prodesal ha sido fundamental. Del ciboulette yo no tenía idea, se me echaba a perder y terminaba botándolo. Gracias a las asesorías técnicas de Prodesal empecé a vender», relata Hilda Peña.

«Perdía clientela, porque no sabía que se podía producir en invierno con  túneles y mallas antiheladas. Otra solución técnica que me brinda Prodesal y que me ayudará a desarrollar aún más mi proyecto», agregó la campesina. Y esta asesoría no es menor, considerando que en verano la docena de paquetitos de ciboulette la vende a mil 500 pesos y en invierno ese precio puede elevarse sobre los 4 mil pesos.

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PROYECTOS

Esta perseverante limachina ya ha ganado dos proyectos del programa Prodesal, lo que le ha significado la adquisición de un motocultivador y un sistema de túneles de invernadero para el cultivo de ciboulette.

Al recorrer su predio aún se pueden ver algunos viejos bototos, zapatillas y botellas plásticas, que Hilda utiliza como maceteros, “al principio salía a recoger botellas plásticas y todo lo que me sirviera para plantar, aún sigo reciclando este tipo de objetos para usarlos con mis plantas”, reconoce Hilda.

Lo que en principio parecía más una aventura hoy es para Hilda su principal fuente de ingresos y además un negocio que le ha permitido dar trabajo incluso a sus hijas, transformando esta experiencia además en una empresa agrícola familiar.

Su timidez inicial para ofrecer sus plantas la cambió ahora por un incontenible orgullo que la lleva de manera innata a mostrarle su predio y sus avances a quienes llegan hasta allí. «Al principio me ponía nerviosa y ahora soy como una guía turística», agrega Hilda, y sin querer queriendo ya está concretando lo que siempre soñó: consolidar su producción de plantas ornamentales y finas hierbas como el ciboulette y hacer de su predio un atractivo turístico rural; o sea «La ruta de la flor».

Al respecto, el director regional de INDAP, Helmuth Hinrichsen, enfatizó que “emprendimientos como el de la señora Hilda se pueden hacer realidad con el empeño que ponen estos productores, sumado al apoyo fundamental del equipo Prodesal de INDAP. Las asesorías técnicas y los proyectos de inversión, se han transformado en una herramienta que permite a los agricultores mejorar la cadena productiva, su comercialización y en definitiva su calidad de vida, tal como nos ha mandatado la Presidenta Bachelet”.