Eduardo Reyes F.  

 

Parece contradictorio. Pero hay coincidencias de fondo, en tanto la eliminación de una ley es inadmisible en el régimen jurídico de Chile, como indicaron las autoridades de la Moneda, a raíz de una propuesta de los diputados comunistas. En cambio, caben modificaciones y también la aprobación parlamentaria de una nueva ley  sobre el mismo tema, equivalente a una derogación de la norma anterior. Es lo que falta para cumplir el compromiso del mensaje presidencial del 21 de mayo 2015. A semejanza de la reforma laboral, el proyecto anunciado por el Ministro del Interior (s) Mahmud Aleuy, tendrá que esperar hasta marzo.

En todo caso, la Confederación de Pescadores Artesanales señaló que la simple anulación de la Ley Longueira es “populista” y significaría un retorno a la normativa de 1991 que permitió la sobreexplotación de los recursos y sus impactos laborales. César Jorquera, dirigente del gremio, acotó los alcances más negativos que provocaría dicho retroceso:

Fin de áreas de reserva artesanal

Menores cuotas de pesca artesanal

Fin de los Comités Científicos

Carrera olímpica de capturas.

Sin embargo, el rechazo al trámite de anular la ley vigente en ningún caso descarta la necesidad de la profunda revisión normativa que reclaman los pescadores, como lo han manifestado en varias  marchas con rumbo al Congreso Nacional en Valparaíso. La recuperación biológica de la merluza y el manejo equitativo del mercado de exportación de jibia, por ejemplo, son problemas tan importantes y pendientes como la plataforma social que planteó el zarpe de la Ley Longueira en diciembre 2012. Aparte, pero no muy lejos, están los procesos judiciales por las influencias que tuvieron los aportes monetarios en el trámite legislativo.