Esta tarde, en el salón Montt Varas del Palacio de La Moneda, la Jefa de Estado, Michelle Bachelet, junto al ministro de Cultura, Ernesto Ottone, entregó el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas a la mexicana Margo Glantz (85). El reconocimiento consiste en un diploma, una medalla y la suma de 60.000 dólares. “Es un orgullo para Chile que Margo nos acompañe aquí hoy día. La primera mujer que recibe este galardón, instituido en memoria del autor de ‘La oscura vida radiante’, ‘Punta de rieles’ y ‘Lanchas en la bahía’, viene a confirmar que este premio tiene vocación universal y es capaz de hacer justicia a la literatura diversa y sorprendente, como la que se hace hoy día en nuestra América”, dijo la máxima autoridad del país, al comienzo de su discurso.

Esta distinción es otorgada por un Jurado Internacional, integrado por cinco escritores, dos chilenos y tres extranjeros, de reconocido prestigio por su aporte a la creación o a la crítica literaria en el ámbito de la narrativa, quienes al momento de definir al galardonado, deben tener en consideración los siguientes criterios: destacada trayectoria, crítica especializada de su obra, y reconocimiento internacional. Margo Glantz, además de cumplir con los requisitos, se trata de la primera mujer en recibir el reconocimiento, lo cual fue resaltado por la Presidenta, porque “ser mujer y meterse con las letras no es nada fácil, sea en el siglo que sea, aunque las cosas, por fortuna para nosotras, han cambiado un poco. Aunque ‘por fortuna’ es una manera inapropiada de decirlo, porque si las condiciones han cambiado para nosotras, en los oficios, en las profesiones, en las relaciones de pareja, en el arte, en la política o en la escritura, ha sido gracias a las propias mujeres”.

Al final de su intervención, la Mandataria se refirió a la obra de la autora ganadora que “nos lleva, con el cuerpo siempre por delante, a través de la memoria –esa memoria que es la sustancia en la que se sostiene, por ejemplo, ‘Las genealogías’–, pero también nos confronta con la moda, el erotismo, la muerte y con la certeza de que, como ha escrito ella misma, vivir contagia. A sus 85 años, Margo Glantz, su obra, su agudeza de comentarista cotidiana, también nos contagian: de curiosidad, de vitalidad, de preguntas, de ingenio, de esa dulce ironía en que a veces transforma nuestra vida”.