domingo 18 octubre de 2015 | Publicado a las 6:40 pm · Actualizado a las 1:24 pm
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Un problema de salud y de pareja: “Tus ronquidos no me dejan dormir”
Según los especialistas de la Clínica Las Condes, las personas que roncan pueden estar sufriendo de diversas anomalías.
Por: Sigrid Boye
Aunque el término no existe en el idioma español, alguien debería proponerlo a la Real Academia de la Lengua con una definición muy sencilla: “Ronquicidio= pensamientos “asesinos” de mujeres que pasan las noches en vela o de salto en salto a causa de los ruidos respiratorios que producen sus parejas”. Es increíble la cantidad de respetables e inofensivas féminas que han confesado tener “ganas de matar” a los roncadores que duermen profundamente a su lado mientras ellas intentan conciliar el sueño y que ya lo han probado todo, desde tapones auditivos (que no son a prueba de ametralladoras), hasta fármacos anti insomnio.
Según el departamento de Otorrinolaringología de la Clínica Las Condes, el 45% de los adultos roncan por lo menos ocasionalmente y el 25% son roncadores habituales, en su mayoría de sexo masculino, aunque el trastorno también puede afectar a las mujeres, ya que tiende a empeorar con el paso de los años y cuando se produce un aumento de peso significativo. Las cifras que manejan los médicos chilenos coinciden con las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, entidad que estima en un 45% el total de la población de cada país que padece del síndrome del ronquido crónico o roncopatía como se denomina en algunos casos.
El problema es que existe poca conciencia respecto de las causas y consecuencias de respirar mal o a medias cuando se está dormido, y en términos generales los roncadores difícilmente deciden someterse a exámenes, menos aún a pasar un par de noches en una clínica del sueño con el fin de evaluar su condición respiratoria y obtener así un diagnóstico certero respecto a las anomalías que están provocando los ronquidos.
La mayoría de los hombres no suelen despertarse durante esos episodios aunque medien puntapiés, remezones y codazos por parte de sus parejas, a lo más se dan media vuelta en la cama o cambian de posición, por lo tanto la necesidad de consultar a un otorrinolaringólogo no tiene carácter de urgencia para los roncadores, que en un apreciable número ignoran que harían bien en consultar con un especialista pues se trata de un trastorno que puede ocultar una deficiencia respiratoria de alto riesgo en algunos casos, denominada apnea obstructiva del sueño.
Lo que dice la ciencia médica.
A un nivel muy genérico, los especialistas concuerdan en definir el ronquido “como un fenómeno acústico que tiene lugar durante el sueño debido a la vibración de las estructuras naso orales; se trata del ruido que se produce al pasar el aire por las vías aéreas superiores (VAS) estrechadas cuando la persona está dormida, y su origen suele localizarse en la región faríngea, lo cual ubica cualquier tipo de ronquido en la categoría de “desorden o anomalía respiratoria” que transcurre sin que el sujeto se percate de que no está descansando como debiera.
A inicios del siglo XX ese tipo de trastorno ya había llamado la atención a nivel científico, pero recién a mitad del mismo los avances de la tecnología y de la medicina permitieron investigar el fenómeno de manera eficiente y describir los cuadros clínicos que hoy se asocian al “ruidoso” síntoma. Por constituir la manifestación predominante, los autores franceses comenzaron a denominar al conjunto de esos cuadros de una manera genérica bautizándolos como roncopatía crónica, concepto que actualmente agrupa a tres eventos nosológicos de gravedad progresiva: Ronquido simple, Síndrome de Resistencia Aumentada de las Vías Aéreas Superiores y Síndrome de Apneas Obstructivas del Sueño.
Factores detonantes
Según los especialistas de la Clínica Las Condes, las personas que roncan pueden estar sufriendo de diversas anomalías, entre ellas el escaso tono muscular de la lengua y garganta cuando los músculos se relajan en exceso por consumo de alcohol o por medicamentos, moviendo la lengua hacia atrás, lo que también ocurre si los músculos de la garganta se desplazan desde los lados hacia la vía aérea. El abultamiento excesivo de los tejidos de la garganta también contribuye a provocar ronquidos, cual es el caso de los niños con amígdalas grandes o de las personas que tienen sobrepeso.
Otra causa frecuente es el paladar blando y más largo de lo normal y una úvula o “campanilla” de mayor longitud, ya que cuando el paladar “cuelga” actúa como una ruidosa válvula durante la respiración relajada. También influyen las vías nasales obstruidas o bloqueadas por una rinitis o por un resfrío que limitan el paso del aire a los pulmones, y las deformidades de la nariz como es la desviación del tabique que separa las dos fosas nasales.
La apnea obstructiva
No siempre el ronquido es sinónimo de enfermedad pero constituye también el primer síntoma de la apnea del sueño, que es progresiva y requiere tratamiento para eliminarla. Los despertares súbitos y asfixiantes, con sensación de ahogo incluida, además de la detección de problemas causados por un mal dormir, son motivos más que suficientes para acudir a la consulta de un médico. Si se trata de un varón de mediana edad con sobre peso u obesidad se completará el perfil típico del paciente con apnea del sueño, cuyo riesgo de tener accidentes de tráfico, laborales o domésticos es diez veces mayor que quien no reúne esas condiciones.
No obstante, para que el problema se torne patológico una persona debe sufrir entre cinco y diez interrupciones respiratorias por hora durante el sueño, aunque en casos extremos pueden presentarse hasta noventa de esos episodios en el mismo período. Cada uno de ellos debe durar por lo menos diez segundo, lapso en el cual el aire no entra ni sale de los pulmones, de allí el peligro de ignorarlos ya que en ese período de tiempo el cerebro no recibe suficiente aporte de oxígeno. En adultos la irrigación deficitaria puede ocasionar infartos cerebrales y del miocardio. Las buenas noticias son que el riesgo desaparece cuando los pacientes reciben el tratamiento adecuado.
Camas separadas
No todos los estudios se concentran en la fisiología del ronquido crónico, los hay también que están investigando los efectos de ese fenómeno en la calidad de vida de las parejas, en especial en las naciones desarrolladas que habitualmente destinan fondos para solucionar problemas que alteran la salud publica desde la perspectiva psicológica.
Según un informe preliminar de la Clínica de Trastornos del Sueño del Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago, la roncopatía produce un fuerte estrés en los compañeros de cama cuando ese trastorno lo sufre uno de ellos y el otro, una mujer en el 70% de los casos, permanece insomne debido al estruendo respiratorio de su pareja. Rosalind Cartwright, fundadora de la clínica, señaló que esos ruidos molestos pueden convertirse en una suerte de tortura que trastoca el humor y el bienestar emocional tanto del varón como de la mujer, ya que se trata de un problema que suele terminar con los protagonistas en piezas separadas, y en ese contexto se va diluyendo el interés en comunicarse y compartir la vida en común, máxime si el descanso del que ronca ha dejado de ser reparador.
“Según estos primeros resultados analíticos, no cuantitativos, la esposa sufre de falta de sueño debido a los ruidos nocturnos de su marido. No es un problema leve. La falta de sueño en alguno de los miembros de la pareja se vive como una carga en el matrimonio y crea una situación hostil y tensa”.-expresó Cartwright.
Así mismo, los expertos de la Clínica Las Condes estimaron que el ronquido es un problema que también tiene un contenido social puesto que el roncador provoca en otras personas, noches de insomnio y resentimiento.
Fármacos en el mercado
En el año 2007, un médico chileno hizo noticia por descubrir el primer tratamiento farmacológico contra los ronquidos y las apneas del sueño. El doctor Augusto Larraín, conjuntamente con el médico norteamericano Charles Pope, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, lograron formular un medicamento de nombre Faronkal-60, el cual desarrollaron y comercializaron con financiamiento de Chile Innova de Corfo, a partir de la combinación de domperidona y pseudoefedrina, dos sustancias genéricas conocidas y utilizadas hace más de treinta años de manera separada y para otros fines terapéuticos.
Al unir ambos fármacos en una sola fórmula, los facultativos obtuvieron un producto capaz de disminuir y hasta eliminar los ronquidos, además de controlar las apneas observadas, al menos en sus primeras etapas, un importante avance médico a nivel mundial ya que hasta ese momento tales trastornos no habían respondido a ningún tratamiento farmacológico. Lamentablemente, según funcionarios de varias farmacias de la zona, el medicamento está discontinuado y por tanto ya no es posible adquirirlo.
En la actualidad, la firma Axon Pharma está lanzando un nuevo producto que sus promotores consideran “la solución para las víctimas de los ronquidos”, señalando que les pareció interesante traer a Chile el fármaco denominado Asonor al darse cuenta del gran porcentaje de gente que ronca y los problemas de pareja que arrastra, como por ejemplo la asombrosa cifra de un 25% de parejas que duerme en habitaciones separadas debido a que uno de ellos sufre un trastorno respiratorio : “Esto puede resultar extremadamente molesto para quienes conviven con la persona que ronca, en especial si tienen el sueño liviano.”-
Tratamientos y autoayuda
Entre las opciones médicas se halla el Dispositivo de Avance Mandibular, aparato de uso nocturno que se introducen en la boca modificando la posición de la mandíbula, la lengua y estructuras de soporte de las vías aéreas superiores; se le considera muy eficaz en el tratamiento del ronquido simple, con reducción de la frecuencia e intensidad de las apneas y mejoría apreciable en la calidad del sueño.
También se recomienda el CPAP, una máquina que inyecta aire a presión de manera continua, a la vía aérea superior, evitando el bloqueo. No obstante esta terapia es de índole paliativa, no curativa y presenta el problema de que resulta incómodo por tratarse de una mascarilla que se debe utilizar durante un mínimo de cinco horas y seguramente de por vida.
Entre los métodos de autoayuda se ubican los ejercicios respiratorios específicos para la musculatura de la faringe, los cuales logran retraer el velo del paladar ensanchando el diámetro faríngeo y desplazando la lengua hacia adelante. También se obtienen resultados positivos reduciendo la ansiedad y el nivel de estrés, mejorando el entorno en que se duerme así como el lecho y la almohada. Es importante además bajar de peso, evitar las comidas pesadas, el alcohol y el cigarrillo.
La opción extrema consiste en una cirugía. Hay varios tipos y su objetivo es eliminar la obstrucción a nivel de las VAS. En la actualidad se practica utilizando electrodos bipolares directamente en los cornetes nasales y aunque su utilidad es controvertida, se trata de una intervención ambulatoria y de bajo costo por ser poco invasiva y requerir sólo anestesia local.A posteriori se le pide al paciente que durante un tiempo use un vendaje especial que tiene como propósito crear la costumbre de respirar por la nariz y no por la boca.
Remedios populares
Si existe un trastorno médico que pese a su seriedad se presta para toda clase de bien intencionados y divertidos consejos, es el ronquido crónico, sobre todo si el tema sale a la pista en una reunión informal de gente mayor de 40 años con bastantes años de vida en pareja, y mujeres que han soñado más de alguna vez con cometer un “ronquicidio” con su compañero de cama. De acuerdo a algunas féminas consultadas en dos de los mercados de fruta y verdura, el problema puede solucionarse poniendo los zapatos del roncador bajo su cama con las puntas hacia adentro; también resulta coserle una pelotita en la parte de atrás del pijama para evitar que se ponga de espalda o poner bajo su almohada una llave antigua, “de ojo”, con el eje hueco hacia arriba.
Otras recetas recurren a productos naturales tales como:
- Mezclar un vaso de aceite de oliva y 50 grs de ruda en un envase hermético, dejar macerar durante dos semanas, colar, guardar en una botella oscura y aplicar antes de dormir sobre el cuello, las aletas de la nariz y nuca del roncador.
- Hervir un trozo de raíz de jengibre previamente lavada y picada, con unas hojas de eucalipto, en una taza de agua por cinco minutos. Colar y tomar este remedio; diez minutos después beber 2 cucharadas de aloe vera. Repetir las dosis a diario, treinta minutos antes de dormir, y se verá cómo la infusión despeja las vías respiratorias del que ronca, facilitando un buen dormir.
- Mezclar diez gotas de aceite de hinojo, menta y valeriana en una taza de agua y hacer gárgaras con este líquido.