domingo 26 enero de 2014 | Publicado a las 10:54 am · Actualizado a las 10:54 am
¿encontraste un error?
avísanos
Envíanos tu corrección
Los urgentes desafíos de Acosta al mando de Everton
Tal cual ocurrió promediando el 2007, el ex técnico de la Roja deberá aportar toda su experiencia para mantener a los oro y cielo en la 1ª división del fútbol chileno Bromista, algo más delgado, canas ineludibles pese a su evidente calvicie y sus frases de siempre: Irradiando optimismo, exponiendo sutilmente la –a su juicio- […]
Tal cual ocurrió promediando el 2007, el ex técnico de la Roja deberá aportar toda su experiencia para mantener a los oro y cielo en la 1ª división del fútbol chileno
Bromista, algo más delgado, canas ineludibles pese a su evidente calvicie y sus frases de siempre: Irradiando optimismo, exponiendo sutilmente la –a su juicio- exitosa trayectoria como entrenador de clubes y la selección chilena, y enviando más de algún soterrado mensaje a aquella prensa que aún duda de sus logros y capacidades técnicas. Nelson Bonifacio Acosta López, a la sazón con 69 años a cuestas, quien estuviera a punto de “jubilarse” de la actividad futbolera, vuelve en gloria y majestad a Everton, el equipo con el cual disfrutó por última vez de un título nacional, copa libertadores y elogios a raudales.
Su regreso a Viña tiene mucha similitud con su primera vez al mando de Everton, en septiembre del 2007. Aquella vez, los oro y cielo cayeron en un clásico porteño en Playa Ancha y los méritos del entonces técnico interino Jorge “Chicho” García, no convencieron a la impaciente dirigencia evertoniana, que un mes antes, debieron echar a Juvenal Olmos, el cual ya había fracasado –una vez más- al frente de un equipo estelar de jugadores armado a su manera y gusto.
Ahora, la situación es similar: Everton echó primero a Víctor Hugo Castañeda –pupilo aventajado de la “escuela Acostista”- y luego, el directorio del club nuevamente dio un paso en falso contratando al poco fiable Omar Labruna, quien tuvo 12 partidos para demostrar que derechamente, no era la solución adecuada para devolverle protagonismo a los oro y cielo. Lo complejo del panorama evertoniano es que hoy el equipo es colista absoluto del torneo y de la tabla acumulada que dirime a los dos equipos que descienden a la 1ª B, con cero gol anotado en tres fechas y con serias dudas respecto de la real capacidad futbolística del plantel.
LAS TAREAS INMEDIATAS
Acosta llega para una misión no menor: Salvar al equipo de caer a la 1ª B. Más allá de las palabras de buena crianza, el alopécico entrenador no la tendrá fácil. Deberé levantar anímica y futbolísticamente a un equipo sumamente golpeado, que ya en el torneo de Apertura 2013-2014, dio muestras de no tener talento en abundancia ni tampoco contundencia ofensiva; menos, solidez en el bloque posterior. Salvo innumerables atajadas de Gustavo Dalsasso para evitar debacles mayores, el Everton actual requiere de un mensaje ultra motivador del nuevo estratego, a objeto de hacerle creer a los jugadores, que cuentan con condiciones necesarias para cumplir con el objetivo mínimo: Salvar la categoría.
Otro tema no menor para Don Nelson será devolver la credibilidad del equipo y del club a sus atribulados hinchas, quienes a través de las redes sociales, se ha manifestado -en buenos y malos términos-, a la actual gestión administrativa-deportiva de Everton. Decenas de hinchas han sido críticos de la conducción del club, que de ser campeón de Chile hace poco más de 5 años, debió batallar durante dos largos años en el fútbol de la 1ª B, para luego ser mera comparsa en su retorno al fútbol mayor. Las contrataciones de refuerzos y un aparente descuido en el área formativa, la incertidumbre que existe con el complejo deportivo Oscar Marín Socías de Reñaca Alto, y más de algún lío entre la Corporación Deportiva y la Sociedad Anónima por la venta de la vieja sede de calle Viana, son asuntos que se ligan al extraviado rumbo deportivo que ha tenido Everton en el último lustro.
UN NUEVO RUMBO
Es cierto: Acosta no es “el señor de los milagros”, pero a partir de cumplir con el objetivo mínimo de mantener a Everton en 1ª división, podría cimentarse una ruta algo más visionaria de quienes hoy dirigen a la institución. Consolidar al club como una institución fuerte y competitiva –véase el ejemplo de O’Higgins de Rancagua no más-, que traspase lo meramente futbolístico. El propio Acosta, en su anterior etapa en el club oro y cielo, sugirió varias veces que la venta de la sede de calle Viana, debiera enfocarse en función de un complejo deportivo de primer nivel, que atrajera a potenciales figuras infantiles y juveniles para empaparse del espíritu evertoniano, y también un lugar identificatorio para sus socios.
Difícil la tiene Don Nelson. No obstante, su experiencia de años en el fútbol chileno, le da un plus como para saber manejarse ante situaciones complicadas. Su astucia para salir bien parado en momentos de alta complejidad, hace que hoy en día, los evertonianos respiren con algo más de alivio, de cara al futuro deportivo del club. Por de pronto, este domingo 26, a contar de las 17 horas en Quillota, y ante el campeón vigente, O’Higgins, se inicia una nueva etapa para Acosta. Acaso, la más difícil de todas.