viernes 24 enero de 2014 | Publicado a las 9:01 am · Actualizado a las 9:01 am
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Primer instituto Max Planck de Chile se instalará en Valparaíso
Alemania hace años entendió que para desarrollar la mejor ciencia las condiciones de trabajo de los investigadores debían ser también de la mejor calidad. Para ello desarrollaron un modelo de reclutamiento de los más brillantes científicos, otorgándoles fondos para cubrir sus principales requerimientos, con el objetivo de desarrollar un trabajo de alto nivel. Así, de […]
Alemania hace años entendió que para desarrollar la mejor ciencia las condiciones de trabajo de los investigadores debían ser también de la mejor calidad. Para ello desarrollaron un modelo de reclutamiento de los más brillantes científicos, otorgándoles fondos para cubrir sus principales requerimientos, con el objetivo de desarrollar un trabajo de alto nivel. Así, de los tres primeros científicos que participaron en el modelo, dos obtuvieron el Premio Nobel (1991): Erwin Neher y Bert Sakmann.
Este exitoso modelo se va a replicar en la ciudad puerto, tras la creación del Primer Grupo Max Planck que se establecerá en Chile, bajo el alero del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso (CINV). Será el único en el país y el primero en América Latina.
“Vimos la posibilidad de crear dentro del CINV de la Universidad de Valparaíso lo que ellos llaman Max Planck Research Leader. Es decir, seríamos los representantes de Max Planck en Chile. Así el CINV pasa más bien a ser parte de los Institutos Max Planck. Ahora, dentro de nuestro Centro vamos a tener un Max Planck Research Group. De esta manera, esos investigadores también serán parte del CINV y de la Universidad de Valparaíso”, dijo el doctor Ramón Latorre, director del referido Centro.
Los mejores del mundo
Con este acuerdo, los mejores científicos jóvenes del mundo vendrán a Valparaíso a continuar sus investigaciones. El camino no fue fácil, dijo Ramón Latorre, ya que a los Max Planck les interesa mantener la excelencia, y los recursos de que se dispone en nuestro país son reducidos en comparación a los presupuestos de Europa, donde los investigadores reciben cerca de 250 mil euros anuales.
“Lo nuestro es menos de la mitad de esos recursos, pero si los investigadores son realmente buenos se van a poder ganar un Fondecyt o entrar en los Anillos o Núcleos, que son programas asociativos dentro de Conicyt de la Iniciativa Científica Milenio. Entonces su capacidad para llegar a la misma cantidad de recursos que tienen los europeos es una cosa real”, afirmó el doctor Latorre.
En concreto, los científicos realizarán en total siete años de investigación y recibirán alrededor de150 mil dólares anuales, con la posibilidad de postular a proyectos Fondecyt u otros programas que se orienten a la entrega de nuevos recursos para equipamiento e investigación, por ejemplo. A esto se suma la posibilidad de utilizar toda la infraestructura y colaboración científica de vanguardia de los Institutos Max Planck en Europa.
Latorre agregó que la idea es que lleguem a Chile los mejores científicos jóvenes provenientes de cualquier lugar del planeta. “Yo espero que los chilenos estén haciendo buenos doctorados, que postulen y sean competitivos, pero si hay un investigador de Rusia, de la República de Zambia, Chechenia o de donde sea, lo vamos a traer”, aseveró.
Un Premio Nobel
Max Planck no sólo es el nombre de una de las sociedades científicas más prestigiosas del mundo. También es una marca en ciencia de reconocimiento global. De los 82 centros Max Planck distribuidos en Alemania, diez de ellos se dedican al estudio de la neurociencia. Las instituciones son del más alto nivel. De ahí han emergido 17 Premios Nobel y alrededor de trece mil publicaciones anuales.
“Eso es lo que necesitamos: un Premio Nobel. Podría tener la oportunidad de ser escuchado por el Presidente. Y si tiene las ideas adecuadas, puede contribuir a cambiar la estructura del estudio de la ciencia en Chile, porque si no cambiamos, cuando se nos acabe el cobre vamos a estar igual a cuando se nos acabó el salitre”, dijo el académico.
Finalmente, Ramón Latorre aseguró que si se destraba el papeleo burocrático para licitar la construcción del edificio Severín, la anhelada nueva sede del CINV, a fines de este año se podría convocar a los primeros postulantes de esta prometedora iniciativa.