lunes 23 diciembre de 2013 | Publicado a las 11:40 am · Actualizado a las 11:40 am
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Internos se bautizaron e hicieron la primera comunión en la cárcel de Quillota
Ocho personas privadas de libertad del Centro de Detención Preventiva de Quillota, el pasado viernes realizaron su primera comunión y otras tres que fueron bautizadas, mostrando así su fe y convicción en la religión católica. La ceremonia, dirigida por el padre Ramón Tapia, comenzó a las 11:00 horas en uno de los patios interiores de […]
Ocho personas privadas de libertad del Centro de Detención Preventiva de Quillota, el pasado viernes realizaron su primera comunión y otras tres que fueron bautizadas, mostrando así su fe y convicción en la religión católica.
La ceremonia, dirigida por el padre Ramón Tapia, comenzó a las 11:00 horas en uno de los patios interiores de la unidad, hasta donde llegaron los once reclusos junto a sus padrinos y otros internos que quisieron formar parte de esta liturgia.
Jeanette de Montserrat Peralta fue una de las personas que decidió recibir la primera comunión. Ella tomó esta decisión “por acercarme más a Dios. Saliendo de acá pienso casarme y por eso también decidí hacerlo. Me quedan cinco meses y en marzo me confirmo”.
El hacer misa al interior de este Centro se ha transformado en toda una tradición para el padre Ramón, pues ya lleva cerca de tres años realizando el servicio religioso en la unidad quillotana.
“Me surgió la idea porque en mi Parroquia hay un suboficial de gendarmería. El que veía que acá no había atención católica y empezamos a venir con algunas personas y de a poco fue surgiendo una catequesis”.
El sacerdote destacó que la recepción por parte de los reclusos “ha sido muy buena porque hay muchos que salen a compartir. Es un momento para desahogarse y a través de la palabra de Dios le vamos enseñando lo que es bueno y lo que es malo y que el mal tiene consecuencias”.
Por su parte el jefe de la unidad, Comandante Vicente Monge, se manifestó “súper contento por terminar el año con una actividad tan humilde y sencilla como esta y, como bien lo reflejaba el Padre, Belén es un espacio humilde. Cerrar este proceso con un momento de alegría, de satisfacción y de reflexión nos parece tremendamente bonito”.
Cabe destacar que una vez al mes se realiza una misa al interior del Centro, la que siempre cuenta con una muy buena asistencia.