martes 17 diciembre de 2013 | Publicado a las 6:11 pm · Actualizado a las 6:11 pm
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Hospital Van Buren realizó el primer implante coclear de la red de salud pública
El servicio de Otorrinolaringología del Hospital Carlos Van Buren realizó el primer implante coclear de la red pública en la Región de Valparaíso y el segundo a nivel de regiones después de Concepción, a una paciente de 34 años y quien se encuentra en tratamiento en el establecimiento porteño desde los 10 debido a una […]
El servicio de Otorrinolaringología del Hospital Carlos Van Buren realizó el primer implante coclear de la red pública en la Región de Valparaíso y el segundo a nivel de regiones después de Concepción, a una paciente de 34 años y quien se encuentra en tratamiento en el establecimiento porteño desde los 10 debido a una hipoacusia sensorioneural bilateral profunda que le afectó severamente su audición.
Pese al tratamiento otorgado hasta ahora, Cristina Estay, procedente del sector rural de Maitencillo, no alcanza a escuchar mediante los audífonos la totalidad del espectro sonoro y la palabra hablada, por lo que durante todos estos años ha compensado esta dificultad a través de la lectura labiofacial.
En este caso se trata de un dispositivo donado por el Centro Audiológico Integral Phonak, que beneficiará a Cristina, paciente del hospital desde los 10 años de edad (estuvo con tratamiento de audífonos desde esa edad) por una pérdida de audición progresiva.
El jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Van Buren, Eduardo Saez, encabezó al equipo de especialistas que intervino de forma exitosa a Cristina, quien en aproximadamente un mes más podrá percibir los primeros sonidos cuando el dispositivo se active tras la operación.
“El Implante corresponde a un dispositivo eléctrico que sirve de “bypass” para el sistema normal de audición. Tiene una porción interna, que va por debajo de la piel y que se debe implantar en la cóclea mediante cirugía, y otra porción externa que va sobre la piel, similar a un audífono. Entre ambas porciones, todo el aparato transforma el sonido en ondas eléctricas que van transmitidas directamente al nervio auditivo, simulando lo que hace la cóclea”, precisó el doctor Cristián Bachelet, jefe del Comité de Hipoacusia del hospital.
La audición, si bien no es igual a la normal, ya que el dispositivo no imita perfectamente la función de la cóclea, permite en los casos exitosos una adecuada comunicación. “Han ido mejorando los tipos de implantes que van insertos dentro del oído, aumentando con esto la riqueza de discriminación de los sonidos. Se puede mejorar bastante la calidad de vida, ya que entre el 60 y 70% de los pacientes logra una comunicación completamente integrada en la sociedad”, precisó Eduardo Saez, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del hospital porteño.
La intervención se desarrolló durante tres horas en los pabellos del recinto asistencial y contó con la participación de los médicos Rodrigo Arregui, del Hospital Barros Luco, y el doctor Luis Dentone, los cirujanos del Servicio de Otorrino del Hospital Van Buren, Eduardo Saez, jefe de Otorrino, y Cristián Bachelet, jefe del Comité de Hipoacusia; las fonoaudiólogas Lorena Cabezas (prueba intraquirúrgica) y Ximena Pérez.
En el caso de implante coclear del Hospital Van Buren, se trata de un dispositivo de última generación. Se caracteriza por un excelente sistema de procesamiento de sonido, haciendo que la discriminación de los sonidos sea de alta calidad respecto de los modelos más antiguos, con una percepción del ambiente más rica. Además, tiene mayor resistencia a daños por agentes externos. Finalmente, la porción del aparato inserta en la cóclea es muy fina y flexible, para evitar al máximo generar daño agregado en la cóclea al implantarlo. Esto último es importante, ya que las investigaciones a futuro apuntan a regenerar la cóclea dañada.
Este tipo de intervención se considera AUGE/GES para niños prematuros menores de 32 semanas o bajo los 1.500 gramos de peso con indicación del implante. A contar de julio de este año se incorporaron además, todos los niños menores de 2 años que lo requieran. (GES 80).