En unos meses comenzará su fase de prueba esta mezcla entre bus y metro que puede transportar 1.400 personas .

Las autoridades en China saben que su próximo gran problema urbano será el transporte. Están concientes de que con el crecimiento de las ciudades, el auge de su economía y la gran movilidad social, las calles del gigante asiático se están llenando de vehículos causando grandes atochamientos. Y saben que el problema sólo empeorará en el futuro.

Por este motivo, los diseñadores urbanos del gigante asiático están realizando propuestas radicales para mejorar el actual sistema de transporte. El más reciente y exitoso concepto es el «3D fast bus». El prototipo fue revelado en mayo en la 13° Feria Internacional High-tech. El modelo, será testeado en el distrito de Mentougou, Beijing. A fines de año comienza la construcción de los primeros 186 kilómetros de pistas para el vehículo.

Las autoridades y empresas saben que la situación no se solucionará con más buses, lo que causará mayores atochamientos y deteriorar aún más el aire. Por ello han propuesto esta alternativa de transporte más barato y ambientalmente amigable.

Propuesto por Shenzhen Hashi Future Parking Equipment Co., Ltd, el modelo se parece a un metro o tren ligero que se mueve por sobre la carretera. Sus medidas son 4.6 metros de alto y 7 metros de ancho, con dos niveles: un embarque superior, para los pasajeros, mientras que los vehículos pasan por la sección inferior que tiene 2 metros de alto. ¿Su costo? 82 millones de dólares por bus y una pista de 41 kilómetros.

El bus funciona con electricidad y energía solar. Según la firma constructora, el 3D Fast Bus  ahorra 860 toneladas de bencina, reduciendo en 2 mil 640 toneladas las  emisiones de carbono.

Puede acelerar a 60 km/h y llevar 1400 pasajeros a la vez sin bloquear la carretera. Su largo es de 40 metros, y según  estudios, puede reducir los atochamientos en el tránsito en un 20-30%.

El modelo cuenta además con el sistema de escape más avanzado del mundo. En caso de incendio o accidente, las puertas se abren y, como sucede con un avión, se despliegan escaleras inflables por donde las personas se pueden deslizar.