sábado 15 junio de 2013 | Publicado a las 10:01 am · Actualizado a las 10:01 am
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Discapacitados porteños no se sienten cómodos en su ciudad
Un 12,9 % de la población que vive en Valparaíso presenta un grado de discapacidad. Christian González G. Una de las cifras que pasó totalmente inadvertida por el cuestionado Censo realizado durante el año pasado en todo el país, arrojó que más de 2 millones de chilenos sufren de algún tipo de discapacidad; sea esta […]
Un 12,9 % de la población que vive en Valparaíso presenta un grado de discapacidad.
Christian González G.
Una de las cifras que pasó totalmente inadvertida por el cuestionado Censo realizado durante el año pasado en todo el país, arrojó que más de 2 millones de chilenos sufren de algún tipo de discapacidad; sea esta por problemas en las condiciones sensoriales, físicas, intelectuales, psiquiátricas, mentales o de multidéficit, las que producen ciertas limitaciones para realizar algunas actividades. Este considerable número no varía mucho en la capital regional, pues en Valparaíso, un 12,9% de la población presenta algún tipo de discapacidad.
Según explican desde la Fundación Nacional de Discapacitados (FND), las personas con discapacidades en Chile y en el mundo entero, no sólo representan a los que tienen dificultades físicas como –por ejemplo- personas que se desplazan con ayuda de una silla de ruedas o con bastones, sino que éstas abarcan a todos los que presentan algunos tipos y grados de discapacidad, los que normalmente no son visibles para la sociedad y que efectivamente forman parte habitual de la vida de todos los chilenos.
Principales problemas
Otra de las cifras que entrega la FND es acerca de los problemas que sufren las personas discapacitadas a la hora de relacionarse con la vida cotidiana en la ciudad. Por ejemplo, en el área de la salud, un 94% de los jóvenes y adultos mayores de 24 años, nunca ha recibido atención ni rehabilitación en virtud de la discapacidad que tiene. De esta estadística, un 56% de ellos son usuarios de la salud pública.
Acerca de la seguridad social, el 81% de los discapacitados vive con una pensión básica solidaria de invalidez, lo que significa que cada mes reciben sólo 82 mil pesos; mientras que el 19% no califica para obtenerla, ni tampoco tiene un empleo. En el área de la educación, un 42% aún no finaliza su etapa de educación básica.
De más de un millón y medio de chilenos que presentan algún grado de discapacidad y que son mayores de 15 años, un 75 por ciento no está trabajando. Por otra parte, estudios nacionales de carácter independientes manifiestan que las cifras de cesantía en el país ascienden a un 90%; mientras que entre los que trabajan, un 9% lo hace en condiciones informales, y sólo un 1% de los trabajadores cuenta con un empleo con contrato laboral.
El director regional del Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis), Francisco Laso, expresó que “los principales problemas se originan como una barrera hecha por la misma sociedad. Por ejemplo en cosas tan simples como tener mesones de atención aptos para las personas con discapacidad física; tener semáforos con sonidos; que las oficinas públicas –por ejemplo el Registro Civil- cuenten con la habilitación para el acceso de las personas que utilizan sillas de ruedas. Sin todo esto, creo que se condiciona la libertad de las personas”.
En Valparaíso, los problemas más comunes que se vislumbran entre las personas con una o más discapacidades están relacionados con temas de salud, seguido de cerca por complicaciones de viviendas, sociales y de integración. Según destacan desde el municipio porteño, los problemas son exactamente similares a los que tienen las personas con todas sus capacidades.
Eugenia Muñoz tiene 76 años. Su caminar pausado no representa nada extraño pensando en su edad; y así es. Su discapacidad es auditiva. Hace algunos años sufrió una fuerte otitis, la que derivó en una severa pérdida de la audición que la llevó desde hace un tiempo a tener que usar un audífono para poder oír lo que sucede en su mundo más cercano. Este caso es el más común en la Ciudad Puerto, donde los problemas auditivos marcan la pauta en cuanto a las discapacidades.
“Aunque ya no tengo la misma energía y vitalidad que tenía cuando era más joven, siento que tengo todo mi cuerpo bueno y sano, salvo mi problema auditivo, el que comencé a tratar en el consultorio y que me llevó a usar este audífono que me hace escuchar todo. Cuesta un poco acostumbrarse, de hecho al principio no quería, pero me di cuenta que una se acostumbra y que es realmente una solución. En cuanto a los problemas que me llevó mi discapacidad, sólo se reflejó en que me tenían que repetir las cosas o hablar más fuerte”, comentó la señora Eugenia, mientras lanzaba una carcajada.
Políticas públicas
El Ministerio de Desarrollo Social, a través de su Secretaría Regional Ministerial (Seremi) se encuentra implementando en la región diversos servicios y acciones, así también como políticas públicas que tienen como objetivo ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas con capacidades diferentes, sea por la parte económica, donde se requiere una mayor ayuda del Estado, como también con el sello inclusivo, que tiene que ver con la participación de empresas, las que mes a mes deben incluir a personas discapacitadas al interior de las mismas.
“Esta política pública busca atraer a empresas privadas para que incluyan trabajadores con capacidades diferentes. Esto lo implementa mes a mes el Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis), donde por medio de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) generan diversos cupos en la materia. Además hay bolsas de trabajo donde se abren nuevos cupos para integrarlos en diferentes ámbitos, ya sean públicos o privados. Esto se hace en conjunto con el Ministerio del Trabajo, donde también hemos hecho ferias laborales”, afirmó la seremi de Desarrollo Social, María de los Ángeles de la Paz.
El director regional del Senadis agregó que “el trabajo que hacemos nosotros en la institución es intersectorial, ya que trabajamos con los servicios de Salud, del Trabajo, de Educación, de Vivienda, entre otros, porque es necesario incluir todas las áreas. Al respecto, trabamos para que se adecúen las casas para un uso universal, teniendo un ingreso de 80 centímetros mínimo, esto pensado para que entre una silla de ruedas. También debemos mejorarlo en las instituciones públicas y también en el transporte, donde espero que pronto exista la plataforma para que puedan ingresar sin problemas las personas con sillas de ruedas”.
Ayuda municipal
En busca de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad de Valparaíso, la Municipalidad porteña realiza primero un proceso de inscripción en el Registro Nacional de Discapacidad, con el objetivo de tener un registro de cuántos son y qué tipo de complejidad presenta. La siguiente etapa consiste en brindar la atención necesaria de tipo social, incluyendo a su grupo familiar. Otra de la ayuda que prestan dice relación a la entrega de una serie de implementos como audífonos, prótesis, colchones, tazas de baño especiales, entre muchos otros.
La encargada de la Oficina Comunal de la Discapacidad de Valparaíso, Jeanette Zavala, manifestó que “en la ciudad, lo más demandado son los audífonos. Por otro lado, los estudiantes con discapacidades piden notebooks con programas para no videntes; seguido por los implementos para las personas postradas y con movilidad reducida”.
La jefa de este departamento añadió que “el trabajo lo tenemos directamente con estas personas, pero también con comunidades, organizaciones de y para personas con discapacidad. Con ellos conformamos mesas de trabajo comunal. Justamente, están postulando a fondos en beneficio de estas mismas organizaciones, así que tratamos que sean ciudadanos los que se empoderen de espacios de participación, que se organicen para sacar personalidad jurídica, así que los orientamos y vinculamos con instituciones externas como universidades”.
Junto a esto, también se ofrecen acercamientos con instituciones ligadas al área de salud, establecimientos educacionales como la Universidad de Playa Ancha; además de temas de gestión de importación de vehículos, los que se están viendo directamente con el Ministerio de Hacienda, lo que se suma a los programas de vivienda vinculados al Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu), fondos concursables con el Gobierno Regional (Gore) y evaluaciones de aportes de organizaciones internacionales. Todo esto, con la finalidad de mejorar la calidad de vida de personas.
Lejos de la comodidad
Esta situación fue bien recibida por Pamela López, de 28 años, quien nació con un serio problema en sus piernas, lo que la llevó desde los primeros años a usar unas prótesis. “Me parece bien que hagan cosas por las personas diferentes, pero creo que todavía faltan muchas cosas para que nos podamos sentir mejor. Falta ayuda de la gente, falta mejorar el acceso a la locomoción colectiva, igual que los ingresos a algunas instituciones. Es bueno que ayuden, pero creo que estamos muy lejos de sentirnos cómodos con nuestras discapacidades”.
Al respecto, el jefe de la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco) de Valparaíso, Dante Iturrieta, señaló que “nuestro trabajo en la Municipalidad antes sólo consistía en tramitar algunos beneficios como sillas de ruedas, bastones, carnets de discapacitados y cosas similares; sin embargo, hoy trabajamos en elaborar una política comunal en conjunto a las demás organizaciones, las que durante este mes o en julio deberían arrojar importantes cambios y mejoras para estas personas”.
Por su parte, la seremi de Desarrollo Social, María de los Ángeles de la Paz señaló que “aún existe mucho por hacer: por ejemplo edificios públicos, que no cuentan con accesos. No sólo basta con tener estacionamientos reservados, sino que es un tema cultural, de conciencia de la discapacidad; entonces es necesario hacer ciertas cosas como visibilizar el tema para que como país podamos hacer mucho más. En cuanto a vivienda, hay subsidios, pero falta mejorar la estructura de la vivienda con diferencias en los accesos, en el metraje que tienen los sectores de baños, living, entradas, entre muchas otras.
El tema de las multas por estacionar en lugares que están única y exclusivamente reservados para personas con discapacidad es algo muy recurrente, según explicó el director de la Senadis, Francisco Laso, ya que “lo del respeto por los estacionamientos para personas discapacitadas es algo que no se tiene mucho. De hecho, la ley indica que cada 300 metros cuadrados de estacionamientos, deben existir al menos dos cupos para personas discapacitadas. De todas maneras, Carabineros constantemente pasa partes por no respetar los lugares establecidos”.