A los 12 años asesinó al padrastro de un amigo y le dieron 25 años de cárcel. Esta es la historia de Paul Henry Gingerich, quien vive una realidad muy diferente a la de cualquier niño de su edad.

En 2010, Paul Gingerich, de Enchanted Hills, una localidad de Indiana, Estados Unidos, fue condenado a 25 años de prisión por participar en el asesinato del padrastro de un amigo.

Paul fue condenado a 30 años, pero en los últimos cinco años podrá salir en libertad condicional. El joven no puede ser puesto en libertad hasta que tenga 37 años.

En Indiana, en circunstancias extremas, los niños pequeños mayores a 10 años pueden ser juzgados y condenados en tribunales para adultos. Paul es uno de los más jóvenes en ser tratado de esta manera.

La vida de Paul cambió radicalmente un fatídico día de abril de 2010, cuando pasó de ser un chico normal, que nunca había estado en problemas más allá de hablar en clase y no terminar su tarea, a un criminal.

Colt Lundy y otro chico llamado Chase, también de 12 años, habían planeado huir juntos, pero Lundy les dijo que su padrastro nunca lo permitiría por lo que consiguió un arma para matarlo.

Los tres niños fueron hasta la casa de Colt con esa intención. Al llegar allí, Chese se negó a entrar y se marchó.

De acuerdo a la Policía, los dos niños se sentaron en el living esperando a que llegara el padrastro, Phillip Danner.

En su confesión, Paul describió lo que sucedió después: “Phil llegó y entonces él (Colt) le disparó. Me asusté y cerré los ojos y me di vuelta y le volvió a disparar «, según publicó el Sunday Mirror.

Paul fue condenado a 25 años de cárcel, por conspirar para matar a Danner, de 49 años.

En diciembre del año pasado, la Corte de Apelaciones de Indiana ordenó una nueva audiencia para determinar si el niño debe ser juzgado nuevamente en un tribunal de menores.

Entre tanto, Pablo deberá pasar los próximos tres años en un centro de menores antes de ser transferido al sistema penitenciario para adultos de Indiana.

Fuente: Elonce.com