viernes 26 abril de 2013 | Publicado a las 9:43 pm · Actualizado a las 9:43 pm
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Los candados que unen parejas en el puente casino
La tendencia que comenzó en París como símbolo de consolidación de las parejas, tímidamente se está propagando en la Ciudad Jardín, en los puentes con vista al Marga Marga. Seguimos a una pareja en este romántico proceso. En la edición número 77 de El Epicentro, se realizó un extenso especial sobre las opiniones que tenían […]
La tendencia que comenzó en París como símbolo de consolidación de las parejas, tímidamente se está propagando en la Ciudad Jardín, en los puentes con vista al Marga Marga. Seguimos a una pareja en este romántico proceso.
En la edición número 77 de El Epicentro, se realizó un extenso especial sobre las opiniones que tenían diversos vecinos que vivían alrededor del Marga Marga, uno de ellos el francés Phillip Michel, hizo una curiosa comparación del estero con el río Sena. Pues al parecer, si tienen algo en común, sus puentes sirven para que parejas consoliden su amor.
Desde hace más de década, El Pont des Arts (en español, Puente de las Artes) de París ha servido para que miles de parejas del país galo y del mundo, hagan un ritual el cual consiste en colgar un candado con sus nombres en las rejas del lugar, y tirar las llaves al fondo del río como símbolo de su unión inquebrantable.
Esta práctica se ha convertido en una moda en diversos puentes y ríos famosos del mundo, y también se realiza en Viña del Mar, más específicamente, en el puente casino de la Ciudad Jardín. El cual de a poco, se está llenando de candados con nombres grabados por parejas de enamorados.
Belén y Jean
Belén Ubilla y Jean Alvarado (ambos de 18 años) son pololos desde el año pasado, aseguraron que, si bien sabían que de la existencia este rito, no tenían idea que se podía realizar en el Marga Marga.
Ambos acceden a colgar un candado en el lugar, puesto que ella tenía ganas de participar en este rito. “Igual es entretenido y romántico, además ya se lo había comentado al Jean y queríamos consolidar nuestro amor”, comenta Ubilla.
Mientras nos dirigimos al lugar, me cuentan un poco sobre ellos y su relación. Ambos son estudiantes y me aclaran que a ella le gusta modelar y el, “a veces” es cantante. “Pura farándula”, ellos ríen.
“Nos conocimos gracias a su hermana, ella nos presentó. Igual no nos enamoramos inmediatamente, fue de apoco, mientras nos íbamos conociendo”, me dice Jean. Belén agrega que lo que más le gusta de Jean es que es comprensivo, él complementa diciendo que es tierna y que desde que se unieron han sido inseparables.
El rito
Llegamos al lugar, al principio se les notaba un poco nerviosos, pero con el candado en sus manos, eso desaparece. Están decididos al realizar el ritual que partió en el país galo.
Los enamorados escriben sus nombres y apellidos en el candado, con un plumón azul y ponen una fecha que no corresponde al día en que se está haciendo este ritual, “La fecha que colocamos es de octubre del año pasado, cuando nos pusimos a pololear”, aclara Belén.
Ambos colocan el objeto metálico entrelazado en un pilar donde ya hay más de una docena de candados colgando, los enamorados argumentan que lo colocarán en ese lugar “por la vista”.
Ahora viene el tema de las llaves, la tradición si bien dice que los pololos deben tirar las llaves al mar, se pueden quedar con una, si es que en algún momento deciden romper el vínculo y quitar el candado del lugar. Pero ellos no lo piensan, están seguros, Belén tira la primera llave y Jean, tira la suya aún más lejos.
Se besan, como si este acontecimiento fuera parecido a un matrimonio, en broma digo “por el poder que nos confiere el Marga Marga, yo los declaro… aún más pololos”. Otro beso. Jean me asegura que pasarán más seguido por el lugar para ver el estado de su candado en compañía de su novia.
Ahora ya lo saben, el puente casino no solo sirve para cruzar e ir a la casa de juegos, sino que también se puede hacer un ritual, y aunque sabemos que el Marga Marga no es el lugar más romántico del mundo, cualquier sitio es perfecto si se quiere expresar el amor de una manera simbólica.