domingo 7 abril de 2013 | Publicado a las 10:19 pm · Actualizado a las 10:19 pm
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Testimonios de gente cuya vida gira y depende del estero Marga Marga
Como vecino, trabajo u casa, hay personas que están acostumbradas a vivir con el lugar natural que mucha gente no le ve la gracia u importancia, pero hay gente que lo aprovecha al máximo. El estero Marga Marga, es el “vecino” natural que, literalmente, divide Viña del Mar en dos partes. Mucha gente lo ve […]
Como vecino, trabajo u casa, hay personas que están acostumbradas a vivir con el lugar natural que mucha gente no le ve la gracia u importancia, pero hay gente que lo aprovecha al máximo.
El estero Marga Marga, es el “vecino” natural que, literalmente, divide Viña del Mar en dos partes. Mucha gente lo ve como el punto negro de la ciudad debido a su suciedad y poco atractivo.
Pero hay personas que conviven todos los días con él, incluso hay gente que lo utiliza como fuente laboral, y para otros; es su hogar. Y más que criticar por lo feo que puede resultar el lugar, nos muestran que hay beneficios y cosas bonitas que se pueden admirar, todos los días.
Como trabajo
Juan Riquelme, trabaja desde pequeño en el estero como recolector de arena, para él, es su fuente de ingresos con la cual sostiene a su familia.
“Desde chico que estoy aquí colando arena pa’ venderla. Aquí estoy todos los días con mis compañeros para crear nuestro sustento para nuestras familias. El estero nos provee de trabajo a más de 2.000 personas que están haciendo esto a lo largo de este lugar”, relató.
Riquelme también contó que, algunas veces, no solo extraen arena. “Una vez me encontré una pepita de oro, acá debe haber mucha y había gente que se dedicaba a eso, pero lamentablemente, ya quedan muy pocos, aquí en Viña te diría que ninguno”.
Miguel Carvajal también ocupa el estero como fuente laboral, él es uno de los estacionadores y limpiadores de autos que se encuentran en el lugar.
Como Riquelme, todos sus ingresos provienen de lo que gana en el lugar. “Aquí se estacionan alrededor de 300 autos por día, yo gano por lavada y para ayudar a estacionar, es una buena forma de generar ingresos y la gente confía en nosotros”, contó.
Como vecino
Uno puede pensar que vivir cerca del lugar debe ser incómodo, sin embargo, no es tan así.
María Elena Melgarejo vive en el edificio Rapa Nui, frente al Marga Marga, si bien ve “cosas feas flotando en el agua, igual es lindo mirar otras cosas, como la fauna, las aves y a veces el olor a mar, tiene cosas únicas que la gente pasa por alto y, que si no fuera por la suciedad, se apreciarían mejor”, aseguró.
Sin embargo, si hay algo que a la mujer le molesta de sobremanera: “Los zancudos, en el verano es insoportable. Aparte, mi hijo es alérgico a ellos, por eso debo echar repelente para que no entren a mi departamento”.
Phillip Michel, es francés y dueño del restorant “Merci” ubicado entre la municipalidad y el estero. Según él no ha sentido malos olores ni otra incomodidad, incluso, como María Elena, destaca la fauna que existe en el sector “he visto gaviotas, cisnes, pelícanos, es una mezcla única de especies. Yo soy un observador de aves y me fascina verlas”, aseguró.
Como hogar
Para la gente que vive en las calles, el Marga Marga se convierte en un lugar para poder tener “un techo”, debajo de los puentes o entre los matorrales arman sus “casas” y aprovechan al máximo lo que el estero les ofrece.
Uno de ellos, quien no se quiso identificar, aseguró que está usando el estero aproximadamente desde el año 2005. Según él, pese al frío que se vive en el sector, “es el lugar más cómodo donde uno puede estar. Si uno duerme en la plaza, corre el riesgo de que le quiten sus cosas o que los Carabineros nos digan algo. Aquí estoy tranquilo, es parte de la naturaleza y tomo todo lo que me pueda ofrecer”, señaló.
A la marina, no
Hace más de una década que se tiene la idea de convertir el estero en un espacio navegable, lo último que se propuso fue convertirlo en una marina deportiva. Todos los entrevistados están en desacuerdo con este proyecto argumentando que no le ven la utilidad real, e incluso acabaría con la vida del sector.
Los trabajadores aseguraron que no sabrían que hacer en caso de que este proyecto se ejecute. “Toda mi vida he sido arenero, ¿acaso me mandarán a otro lugar?, no po’, me van a echar y no tendré sustento para mi hogar”, manifestó Riquelme.
Igual opinión tiene Carvajal, quién además se pregunta :¿dónde se van a ubicar a los más de 300 vehículos que cada día se estacionan en el sector?
Para el vagabundo que vive en el sector, su caso es más trágico, se quedaría sin hogar y también aseguró que no sabría qué hacer en esa situación.
Los vecinos, a pesar de que les gustaría que se embelleciera el lugar, no ven beneficios en este proyecto, e incluso afectaría a la vida de los demás. “Tendrían que hacer puentes levadizos, ¿te imaginas el caos vial que se produciría en los puentes de Viña, porque 3 yates quisieran pasar? ¡qué espanto!”.
Por último, el francés hizo una curiosa comparación. “Quizás quieran hacer algo como el río Sena en París… pero no, no veo mucha utilidad, sería lindo, pero no sé… no funcionaría”.
Como se puede apreciar, todas estas personas tienen una conexión con el lugar y cada uno tiene su propia opinión de su vecino natural, que cuidan y respetan a pesar de lo que los demás puedan pensar de él.