viernes 29 marzo de 2013 | Publicado a las 12:31 pm · Actualizado a las 12:31 pm
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Recuerdos de Semana Santa
Estimado Caballero de la Rosa Lo saludo en forma anticipada desde Estocolmo, deseándole Feliz Pascua de Resurrección. Fíjese que en verdad lo que me gusta de estas celebraciones religiosas son los Judas que queman en los cerros de Valparaíso. Cuando era chico los hacíamos con cochayuyo seco y los vestíamos con ternos y sombreros. Pero […]
Estimado Caballero de la Rosa
Lo saludo en forma anticipada desde Estocolmo, deseándole Feliz Pascua de Resurrección. Fíjese que en verdad lo que me gusta de estas celebraciones religiosas son los Judas que queman en los cerros de Valparaíso. Cuando era chico los hacíamos con cochayuyo seco y los vestíamos con ternos y sombreros. Pero lo más interesante eran los testamentos de Judas que dejaban la tendalá entre la vecindad, con sus regalos de despedida. Por todo eso, cuando llega Semana Santa echo de menos mi ciudad. Ahora que ya soy abuelo, quisiera que mis nietos dejaran de lado las pantallas y pudieran vivir esas tradiciones porteñas, con misa de Gloria y Pasiones del Señor incluidas, porque eran espacios para recordar y compartir en familia.¿Qué le parece esto Caballero de la Rosa?
Adolfo, Romántico Viajero
Querido Romántico Viajero
Gracias por tu correo, porque me llevó a esos buenos años de infancia en que en los cerros la Semana Santa era una fiesta familiar, con esa procesión hermosa que dramatizaba la Pasión del Señor por la calle Pedro Montt hasta Placeres. Eran tiempos hermosos donde la gente participaba, fuera o no católica. Alguna vez, hocicón pero veraz, escribí unos de esos testamentos que Ud recuerda, apoyado por la más peladora e informada de mis vecinas. Lo grabamos y pasamos el testamento por los parlantes justo antes de quemar el Judas. Era un muñeco tipo Freddy Kruger, de unos dos metros de alto, realmente impactante. Quedó la escoba porque entre broma y broma salieron algunos gorreos entre vecinos,que eran el comidillo del barrio. Conclusión, no viva en condominios, son peor que los conventillos del siglo pasado. Hoy los que piden plata para el Judas son como los supuestos barristas del Wanderers que manguean en la calle Bellavista, al final no queman ningún muñeco, quizás algunos porros. Las mamás tienen miedo a los petardos y la fiesta religiosa se pierde en carretes de puro trago. Fueron buenos tiempos, no sé si mejores, pero sí diferentes. Gracias por recordarlo. Saludos a la comunidad porteña por esos lados.
Caballero de la Rosa