miércoles 6 marzo de 2013 | Publicado a las 3:15 pm · Actualizado a las 3:15 pm
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USM obtiene patente de invención para sistema constructivo de viviendas.
Utiliza la tierra como materia prima y entre sus beneficios destacan su bajo costo, el ser térmicamente estable y amigable con medio ambiente. Bajo costo, térmicamente estable y amigable con el medio ambiente, son las principales características del nuevo sistema constructivo para viviendas económicas de un piso, desarrollado por los profesores del Departamento de Arquitectura, […]
Utiliza la tierra como materia prima y entre sus beneficios destacan su bajo costo, el ser térmicamente estable y amigable con medio ambiente.
Bajo costo, térmicamente estable y amigable con el medio ambiente, son las principales características del nuevo sistema constructivo para viviendas económicas de un piso, desarrollado por los profesores del Departamento de Arquitectura, Pablo Barros y Felipe Imhoff y que permitió que la Universidad Técnica Federico Santa María obtuviera una nueva patente de invención por parte del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI).
Según detalla Barros, “desde hace dos años se está investigando y experimentado con distintas alternativas de sistemas constructivos y con complementos en base a tierra cruda, hasta que derivamos en éste que consiste en un muro de suelo compactado en un muro de masas con refuerzos verticales de acero y con un elemento horizontal de coronamiento superior”.
Para definir este sistema, explica Imhoff, autor de la tesis en que se basa este trabajo, “lo primero que hicimos fue analizar los distintos sistemas constructivos en tierra existentes, como el adobe, la quincha y el tapial. Nos decidimos por este último y nos enfocamos en mejorarlo. El tapial es un sistema de construcción que consiste en un encofrado donde se van compactando capas de tierra de cada 30 centímetros y es en base a él que surge la idea de hacer suelo cemento compactado, es decir, estabilizar la tierra y mejorar sus propiedades mecánicas”.
Por un tema de seguridad sísmica, este sistema de construcción está orientado sólo a viviendas de baja altura. Además, fue pensado para la autoconstrucción y es capaz de adaptarse a cualquier diseño posible que desarrolle un arquitecto, obteniéndose un muro con su superficie terminada inmediatamente.
Dado que el insumo principal es la tierra, el factor climático es clave en su implementación. “Es un sistema que funciona en climas cálido-secos y, por lo tanto, su rango de mercado tiene un 100% de aplicabilidad de Santiago al norte del país. “Esta tierra, además, requiere de ensayos de laboratorios para verificar si su composición es la adecuada para construir un muro compactado, no obstante sigue siendo un material sumamente barato y sólo se le añade una baja dosis de fijación de cemento para mejorar sus propiedades químicas y mecánicas”, añade Barros.
La principal novedad de este sistema, destaca Imhoff, consiste en los refuerzos verticales y en el coronamiento. “Es ahí donde centramos nuestros ensayos, para determinar de qué manera este sistema era más estable a un esfuerzo horizontal, identificándose el amarre superior con un refuerzo en la esquina”, detalla.
Además de su bajo costo, otros de los beneficios de este sistema es el control de la temperatura, ya que es un excelente regulador térmico que capta el calor durante el día y lo libera en la noche, y su bajo consumo energético, dado que en muchos casos no se requiere transportarla y su base de producción contempla sólo aprisionarla, a diferencia de lo que ocurre con otros materiales. “Todo esto permite que sea amigable con el medio ambiente, debido a que la huella de carbono que genera es menor que la de otros materiales”, agrega Barros.
Cabe destacar también, que en el proceso de patentamiento participaron Hernán Gómez y Milena Alcayaga, ambos asesores de la Universidad en propiedad industrial.