sábado 15 diciembre de 2012 | Publicado a las 4:33 pm · Actualizado a las 4:33 pm
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En busca de «la Navidad perdida»
-Ya no se trata de Jesucristo Super Star. Hace mucho que el viejito de pascua le robó protagonismo al festejado. – La publicidad navideña va dirigida a la elite socioeconómica de Chile, pero la clase media igualmente se las ingenia para no defraudar a niños y jóvenes. -Autoridades católicas del mundo informan regularmente al Papa […]
-Ya no se trata de Jesucristo Super Star. Hace mucho que el viejito de pascua le robó protagonismo al festejado.
– La publicidad navideña va dirigida a la elite socioeconómica de Chile, pero la clase media igualmente se las ingenia para no defraudar a niños y jóvenes.
-Autoridades católicas del mundo informan regularmente al Papa sobre la realidad religiosa y se les invita a predicar al pueblo de Dios sobre el auténtico significado de esta fecha.
-La unión de las iglesias cristianas para enfrentar temas comunes no ha sido planteada, a pesar del impacto que podría tener en las comunidades.
Por Sigrid Boye
Posiblemente nadie sabe con certeza cuándo comenzó a desvirtuarse el verdadero sentido de la Navidad para transformarse en lo que es ahora, una carrera contra el tiempo y una guerra de nervios que finaliza el 25 de diciembre con una legión de cristianos agotados y endeudados por seis, doce y hasta veinticuatro meses. Lo que sí se sabe es que la sinonimia entre “celebrar” y “comprar” no existe en ningún diccionario sino que es producto de un sistema económico impositivo en el cual los que tienen poco se esfuerzan por imitar a los que tienen en exceso, presionados por los slogans comerciales que insisten en asociar el valor monetario de los obsequios con la calidad de los afectos humanos.
De hecho no sólo se ha extraviado el espíritu originario de la festividad que recuerda el nacimiento de Jesús; también el viejito de pascua, por obra y gracia de la publicidad, ha dejado de ser aquel artesano que fabricaba juguetes en el Polo Norte y ha pasado a ser un gordito fanfarrón y ostentoso a quien le gusta vitrinear en los malls y en las multitiendas enarbolando diferentes tarjetas de crédito, una opción tentadora que debido a los intereses que aplica el comercio, suele duplicar el precio original de los productos adquiridos.
En ese contexto materialista, a los papás les resulta muy difícil habérselas con la desilusión del hijo o hija que espera un “súper” computador, un teléfono celular de marca, u otro de los numerosos aparatos sofisticados que han salido últimamente, y ante la disyuntiva harán lo que sea necesario para adquirirlos ya no con el único propósito de darle el gusto a sus regalones sino que también cediendo a la competitividad que impone equiparlos de lo que otros niños y jóvenes poseen. En una escala menor, la muñeca típica tampoco parece adecuada cuando lo que se ha pedido es la copia de un bebé humano que domina diversas habilidades, y aunque los padres intuyen que el regalo terminará abandonado junto con otros juguetes, igual se la juegan por darle a las más pequeñitas, lo que realmente le han pedido al viejito pascuero.
¿Cómo enfrentar ese tráfico de sentimientos manipulados por el consumismo? En términos generales pareciera ser una misión imposible ya que se trata de un proceso cultural impuesto por el neoliberalismo y reforzado por los medios informativos globalizados a través de los años, lo que claramente constituye un equipo formidable contra el cual los valores éticos y espirituales compiten en una permanente desventaja.
En medio de esa desigualdad de condiciones, las autoridades religiosas se esfuerzan por dar al nacimiento de Jesucristo la relevancia que debiera tener para el mundo cristiano. No obstante, pareciera ser que la evangelización previa a la Navidad y las acciones solidarias que realizan los párrocos y pastores en sus feligresías, no han logrado trascender a nivel nacional con un mensaje fuerte, que le baje el perfil a la fanfarria del comercio y rescate la vigencia del único homenajeado de esta fecha, el Hombre que nació en un pajar y que no tenía nada que le fuera propio, salvo una túnica y un par de sandalias con las que recorrió cientos de kilómetros para llegar lejos con un mensaje innovador, severo y perdurable.
La opinión de los pastores.-
La Navidad perdida en medio de muchas cosas superfluas constituye un problema que permanece y se perpetúa a través del tiempo, y prueba de ello es la vigencia que hoy tiene la palabra de monseñor Jaime Fernández, fallecido el 19 de abril de 2012, quien ejerció diversos cargos durante el ejercicio de su ministerio. Como Vicario General del Obispado de Valparaíso hasta el año 2005, sus respuestas sobre el tema resultan actuales y se sitúan en un plano estrictamente apegado a la moral católica.
De acuerdo a la visión del prelado, “no se trata de un desgaste de la doctrina sino de un embate de las ideologías que por prescindir de lo sobrenatural han dejado al hombre en el nivel de lo natural, haciéndole creer que no necesita a Dios porque los adelantos de la técnica le van a procurar el bienestar que busca”.
Monseñor Fernández no vaciló en calificar de “maravillosos” los avances experimentados por la ciencia y la tecnología en la última década, pero admitió que ese progreso ha redundado también en una descristianización y pérdida de la mística que originalmente tienen las celebraciones religiosas. Así mismo, negó que la iglesia Católica esté relacionada con la distorsión de la Navidad chilena. A su juicio, “la institución no se ha quedado atrás en la misión de difundir el mensaje de Jesucristo; al contrario, están las Encíclicas de los papas en estos últimos tiempos, las cartas pastorales de nuestros obispos, el Concilio Vaticano que nos dio hermosas luces sobre este tema, y los Sínodos que se han celebrado para América, Oceanía y diversos países.”
En cuanto a la indiferencia de los receptores que adhieren al consumismo, monseñor enfatizó que la falta de respuesta se debe “a que algunos cristianos se resisten a escuchar la palabra divina porque se hallan inmersos en un ambiente materialista que los seduce y atrapa, como es el caso de la Semana Santa que muchos consideran un feriado vacacional-“
Para Daniel Vásquez, médico traumatólogo y actual moderador del Venerable Sínodo de la Iglesia Presbiteriana de Chile, la raíz del problema se halla fundamentalmente en el excesivo sentido evolucionista que se le está dando a la formación de las personas, lo cual los lleva a perder la visión de un ser superior, creador y sustentador de todo lo que rodea al hombre y cuya dádiva está representada en la venida de Jesucristo.
“Por otra parte-agregó el ex pastor presbiteriano- la secularización del mundo también contribuye a restarle importancia a los trascendente. Es mucho más fácil y cómodo creer en cosas tangibles que recordar lo intangible y espiritual, como es el nacimiento de Jesús.”-
El moderador expresó que “quizás las iglesias cristianas deben hacer una introspección y admitir que han dejado de entregar el mensaje de Navidad con la fuerza necesaria, pero hay que dejar en claro que todos hacemos lo posible dentro de nuestros respectivos entornos para sembrar semillas que de una u otra forma serán diseminadas, a pesar de la poderosa y masiva influencia exterior.”
La iglesia Anglicana reconoció que los ministerios cristianos no han podido proyectarse como debieran en el ámbito social, a pesar de todos los esfuerzos que sus líderes han realizado, y lamentó que en esta materia, el retroceso del sentir religioso significa también una falta de solidaridad con la gente de escasos recursos, “los eternos postergados de un sistema económico profundamente individualista.”
La opinión de los Evangélicos fue más categórica al afirmar que “las iglesias están involucradas en esta visión materialista de la Navidad, y “una muestra de ello son los famosos viajes a Jerusalén que se promocionan como peregrinaciones piadosas, y de hecho lo son para algunos, pero para otros terminan siendo giras turísticas que consiguen a mitad de precio”.
-En el deterioro moral causado por el libre mercado y por el liberalismo a ultranza nadie está exento de culpa. Todos somos responsables.”- sentenció el vocero.
Una mirada actual.-
A un costado del santuario de Lo Vásquez se yergue un lugar apacible y muy silencioso a pesar de su cercanía con el tráfico vehicular entre Santiago y Valparaíso. La casa es una hermosa estructura de tipo colonial rodeada de árboles y arbustos, en la cual funciona el Pontificio Seminario Mayor San Rafael.
Su actual Rector, padre Claudio Ortiz, dijo estar consciente de que la Natividad ha perdido parte de su identidad cristiana como resultado de la comercialización global, pero que en oposición a este proceso tan invasivo, la Iglesia Católica mantiene incólumes sus espacios de reflexión religiosa, en los cuales los circuitos de comunicación con los fieles permanecen siempre abiertos y proclives a llevar el mensaje de Cristo.
-Chile es un país católico y tiene una Navidad bastante contaminada; estamos a una semana de una festividad esencialmente religiosa y no se ha visto ni un solo anuncio que relacione a los cristianos con el protagonista de esta fiesta. ¿Sabe el papa lo que ocurre en las naciones católicas?
-“Yo creo que sí: se le informa regularmente de la realidad religiosa y también del ambiente nacional, por lo que el Santo Padre está al tanto de este fenómeno del consumismo que se genera especialmente en estas fechas y que además no es algo que sucede solamente en nuestro país sino que se da a nivel mundial. Por eso, el esfuerzo de Roma y de cada diócesis es volver a las raíces, al sentido profundo de lo que significa o debe significar el nacimiento de Cristo en cada uno de nosotros.”-
¿Cómo actúan las autoridades católicas para realzar la Natividad?
-“Fundamentalmente a través de campañas de concientización que nos invitan a nosotros, los sacerdotes y autoridades eclesiásticas, a que durante este tiempo motivemos a las personas creando un ambiente propicio para recibir la Navidad, y ello se realiza mediante el adviento, que es una preparación, una forma de encontrarnos con el Señor, de disponer no sólo nuestra casa con los adornos tradicionales sino también la casa interior, el alma, nuestra presencia delante del Dios. Durante estas fechas además, celebramos el Mes de María que convoca a muchos fieles, y allí aprovechamos de ir dando algunas notas y sugerencias para que tomen conciencia del sentido que tiene el nacimiento de Jesús. Las autoridades eclesiásticas están conscientes de la mentalidad materialista que se está imponiendo y nos invita a nosotros, los pastores, a predicar al pueblo de Dios, el mensaje cristiano.-“
Padre, usted se refiere al pueblo que asiste a las misas, al que escucha ese mensaje al interior de una iglesia, pero hay un número considerable de cristianos no observantes que a lo mejor están necesitando un tirón de orejas, un llamado a ser más solidarios, menos egoístas…¿Por qué no utilizar también las mismas armas del consumismo, sacando uno que otro aviso, mensaje, prédica o lo que sirva mejor a la causa?
-“De repente se han hecho algunos esfuerzos, ha surgido en algún momento una imagen que todavía se reparte y se ve mucho, cuyo slogan era “¿Quién nace en Navidad? Y se mostraba allí al Niño Jesús y a su lado, el viejo pascuero. Pero en general, no es la Iglesia la que promueve estas campañas sino que más bien las instituciones o algún particular, porque lo que los pastores queremos, más que mostrarnos como Iglesia, es que sean los mismos laicos los que tomando conciencia de esta realidad sean agentes principales del nacimiento de Jesús.-“
¿Qué tipo de campaña se realiza entonces?
-“En este tiempo, una de las más importantes es la de la cena familiar, donde mucha gente prepara una cena para otros, y también es destacable la distribución de canastas navideñas; a veces se juntan 100, 200 de estas canastas que se llevan a familias carenciadas, tanto en nombre de la
Iglesia como de otras instituciones caritativas, pero en mi propia experiencia, son las parroquias las que mayormente movilizan a las personas para que den lo mejor de sí en beneficio de los demás. Creo que estos gestos permanecen y tienen más efecto que los anuncios que quedan sólo en la retina y que posiblemente no se llevan a la práctica.”-
No obstante esa probabilidad, lo que hoy impera es la comunicación masiva, todo es comunicacional y además, invasivo, entonces, aunque el ideal es hacer el bien calladitos y “que la mano izquierda no sepa lo que hace la mano derecha”, parece que la situación exige que las dos manos sepan lo que están entregando…
-“Sí, de manera que sirva como ejemplo a los demás, pero lo que pasa es que los mismos medios publicitarios no se motivan con el tema religioso y a lo más tenemos un par de segundos en los noticieros para informar sobre la repartición de las cajas navideñas en algunas parroquias…
Pero hay canales católicos creo…
Así es, efectivamente, y de hecho la Pontificia Universidad Católica tiene un programa llamado “Caminos de la Iglesia” que muestran a nivel nacional, las campañas solidarias que se están realizando a partir del 2 o 3 de diciembre para que el día 24 todas las ayudas estén repartidas, como ocurre en Casablanca donde he visto que la gente trae sus aportes generosos en cuanto se los solicitan y esos gestos de alguna manera van marcando una diferencia con el mercantilismo y recuperando el sentido que debe tener esta fecha tan relevante para el mundo cristiano.”-
No hay vuelta atrás.-
La operación consumismo le lleva demasiados años de ventaja a Jesús y al verdadero significado que tienen sus enseñanzas, hasta el punto en que dicho proceso se ha introducido en la conciencia universal y ha cambiado lenta pero radicalmente, las prácticas navideñas en naciones tan conservadoras como Bélgica y Suiza, incluyendo a Italia, la cuna del catolicismo, que todavía se salva por la presencia de su máxima autoridad, el Santo Padre, y por la solemnidad de las ceremonias que él preside en Roma.
Según Mai Cosma, una chilena nacionalizada suiza, las cosas no son diferentes al otro lado del mundo. Por el contrario, se mostró desilusionada por la forma en que año tras año la presión aumenta, y ya se han incorporado las ventas nocturnas y los hiper mercados de juguetes y regalos de todo tipo.
-“Los mejores conceptos han cambiado para mal. Hasta papá Noel, con su típico traje rojo, ya no se relaciona con los niños, que es una de las cosas bonitas de la Navidad por la inocencia con que creen en este personaje. Ahora él se dirige a los adultos para que compren regalos sofisticados y caros.”-señaló-“La Navidad se ha vuelto muy individualista, cada familia se protege del exterior en su propio hogar y mantiene la tradición de reunirse a cenar junto a un Nacimiento y al típico arbolito de pascua, pero no hay un movimiento mundial de rechazo a la mentalidad consumista.-“
Ante esa realidad que no puede negarse, la idea de unir fuerzas para enfrentarla parece casi lógica. ¿Sería una buena estrategia que las Iglesias cristianas asumieran todas juntas la responsabilidad espiritual que les cabe en la difusión de los valores comunes a todos los seres humanos?
El padre Claudio Ortiz respondió que no se ha planteado ese espíritu de unidad pero que sería lo ideal que todos los que creen en el nacimiento de Jesús pudieran celebrarlo en un solo Te Deum, en tanto que monseñor Jaime Fernández, hace varios años atrás, ya opinaba que “un operativo de esa naturaleza podría ser muy provechosa PORQUE HAY ALLÍ UNA FUERZA PODEROSA QUE NO SE HA CONSIDERADO”.
Foto: por ValpoTV.